Los resultados en las elecciones están sujetos a diversas lecturas. Morena ganó su gubernatura número 21 en el Estado de México, principal bastión político-electoral del PRI, que hoy reduce su gobierno a dos estados.

Al analizar los resultados de las elecciones del pasado 4 de junio en el Estado de México y en Coahuila, vemos que los votos totales obtenidos por Morena en las dos entidades apenas son superiores a los de la Alianza opositora sin considerar los del PT y el PVEM en Coahuila. Con los estimados actuales, Morena habría obtenido 3 millones 268 mil votos en el Estado de México y 280 mil en Coahuila, lo que suma 3 millones 548 mil votos.

La alianza del PRI-PAN-PRD obtuvo 2 millones 752 mil votos en el Edomex y 742 mil en Coahuila, lo que en conjunto da 3 millones 494 mil votos totales. Es decir, la ventaja para Morena resulta de solo 1.5 puntos porcentuales. Si agregamos a los votos de Morena los del PT y el PVEM en Coahuila, la ventaja sería de 8.7 por ciento.

En el Estado de México, cuando se analizan los votos por candidato, encontramos que 17 por ciento del total corresponde al PVEM y el PT. Es decir que, sin esos dos partidos, el porcentaje obtenido por Delfina hubiera sido de 35 por ciento y hubiera perdido la elección.

Esta elección abre una puerta inmediata a la especulación creciente, sobre lo que sucederá dentro de un año. Todo dependerá de la calidad y unión de las alianzas y, al mismo tiempo, el perfil del candidato o candidata capaz de capitalizar los diferentes vacíos que se han anidado en la sociedad mexicana.

Se puede tomar como referencia que las alianzas toman un papel sobresaliente, en las elecciones del 2024, el que Morena sume al Verde y al PT, será crítico. Y para la oposición a partir de la alianza conformada entre PRI, PAN y PRD, el lunes ratificada, aparentemente ya resolvieron ir juntos; no obstante, aún tienen que resolver lo importante: la candidata o candidato que contenderá. Entre el PRI y el PAN juntos, apenas cuentan con 7 gubernaturas, insuficientes para estructurar el voto como antaño lo hacía el PRI. Por ello su dependencia de la calidad y fuerza del candidato o candidata, es absoluta.

Las dos alianzas no lograron movilizar a los ciudadanos del Estado de México. Poco más de la mitad de la población se quedó sin ir a las urnas.

A la Alianza le faltó impulsar mayor movilización para llegar a un 58% del listado nominal mexiquense en los municipios de mayor densidad de clase media.

A pesar de la diferencia en el padrón electoral que hay en ambos estados, las malas decisiones políticas que tomaron las respectivas alianzas significan una importante evaluación rumbo al 2024. Quedó claro que la apuesta por la alianza de partidos se va a repetir, pero si quieren triunfar, éstas deben ser sólidas y unidas hasta el final. Esa fue la gran lección de las elecciones del pasado domingo.

En política todo cuenta, y bajo esta lógica se podría concluir que no fue una victoria para Morena, si la tazamos en votos y pretende es un triunfo contundente para obtener la Presidencia y, al mismo tiempo, la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, no olvidemos que en Edomex, la diferencia fue de apenas 8.4 puntos, insuficiente.

La moneda está en el aire, si la oposición quiere ganar en 2024, tiene que haber un gran proceso de cooperación y unidad entre todos los partidos, deberán dejar que los organismos y liderazgos que han venid convocando a la movilización para defender al INE y a la SCJN, sean los que construyan el proceso de elección de la persona quien abanderará a la población que simpatiza con esa alternativa.

Expresidente municipal de Querétaro y exlegislador @Chucho_RH

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