Se volvió a demostrar quién es realmente Andres Manuel López Obrador, pues nunca pierde una discusión y en todo tiene la razón, o se está con él o se es parte de la “mafia del poder”. Es evidente que pierde la calma muy fácilmente.

Creo que con esas actitudes muestra que se ha desgastado y todavía le falta un año. Cierto, va liderando casi  todas las encuestas, pero con tendencia a la baja, pues las actitudes como la que mostró con el periodista José Cárdenas en su programa de Radio Fórmula, le reducen muchos adeptos y una vez que los demás partidos tengan sus candidatos, los números cambiarán y eso hará que cada vez más con mayor frecuencia tenga ese tipo de actitudes y se vuelva un tobogán que lo lleve a caer hasta un segundo lugar que es donde creo que quedará.

Otra muestra es la actitud contra Juan Zepeda, candidato del PRD a gobernador del Estado de México, a quien acusó de estar ligado a la “mafia del poder” por no declinar en  favor de la candidata de Morena, Delfina Gómez. Ya se dio cuenta que sola no le alcanza.

Está demostrando  que cuando se desespera comete errores que le cuestan mucho, todavía faltará ver muchos desplantes más del famoso “Peje”.

Lo que hay que reconocer es el gran crecimiento que Juan Zepeda ha logrado. Según algunas encuestas, se encuentra en un digno tercer lugar. Ha causado una buena impresión y él, ya ganó, pues ha logrado construir una buena imagen, que seguramente le ayudará a ser senador por el PRD en 2018, puesto que no partiría de cero como lo hizo en esta elección y tendrá elementos para ganar una elección.

Cambiando de partido, los días de su presidente Enrique Ochoa aparentemente están contados. Pasando el 4 de junio donde el PRI obtendrá posiblemente la gubernatura del Estado de México y perderá la de las otras dos entidades, mientras en Veracruz no logrará un buen resultado, como la costumbre tricolor lo indica, se aplicará la grúa y entrará un nuevo líder para preparar la elección del 2018.

Esto ayudará a reducir los candidatos del tricolor a la Presidencia de 4 a 2. Si entra Emilio Gamboa como presidente tricolor, entonces el candidato sería  o Miguel Ángel Osorio o Luis Videgaray. De ser el elegido José Calzada, entonces el candidato saldría de José Narro o José Antonio Meade.

De ahí se desprendería quien podría ser el candidato del PRI a senador por Querétaro, quien carece de muchas opciones que garanticen una contienda equilibrada. Si José Calzada es presidente del PRI, entonces seguramente será senador plurinominal, pero si no lo es, muy posible lo manden a hacer campaña  y posiblemente iría con María Alemán en fórmula, quien es de los mejores activos que tiene el tricolor en nuestra entidad.

En la otra vía, la joven política debería ir primera en la fórmula y a ver quién se anima a ir en la segunda posición, con muchas opciones de no llegar, ya que el PAN aparentemente es el favorito en 2018.

El problema de Acción Nacional en Querétaro es que está tan seguro de ganar, que el pleito se volvió  interno. No voltean a ver a los priístas, ya que consideran que no tienen candidatos para competir y entonces el chiste es ganar la interna, lo que les garantizaría llegar. Hay que recordar que eso los llevó hace 8 años a entregar la gubernatura, con un Manuel González Valle tan golpeado que  se debilitó mucho en la contienda electoral.

Un actor blanquiazul que se le menciona como candidato para la alcaldía de la capital es Luis Bernardo Nava, quien está a cargo de sacar el proyecto del transporte, una papa caliente que aparentemente ya logró ordenar, al menos en papel, al crear la empresa operadora y meter ahí a las 15 concesionarias. El problema es que todavía tiene que implementarse y eso está programado para el mes de septiembre. Seguramente existirán problemas de inicio y le llevará por lo menos tres meses para ajustarse, periodo que coincide con el tiempo de definición de candidatos, y posiblemente, en ese momento, haya muchas críticas a la nueva QroBus, por lo que imagen de Luis Bernardo Nava no estará en su mejor momento para pintar en las encuestas. Ya veremos, cada vez falta menos tiempo.