¡Viva el Sr. Obispo! Fue el grito de la Diputada Elsa Mendez en la Sesión solemne del Congreso efectuada en el “Museo de la Historia” del Municipio de Jalpan de Serra, esto ocurrió el 22 de marzo de este año.

Este bochornoso hecho fue precedido por algunos actos en los que la Diputada Méndez apareció flanqueada por autoridades eclesiales y otros en los que expresó claramente su homofobia y su posición antiderechos.

Los comentarios en medios de comunicación escritos; y de radio y televisión así como en redes sociales no se hicieron esperar; los vivas al obispo fueron “la gota que derramó el vaso” por lo que diversos actores sociales expresaron mínimamente su sorpresa, hubo quienes públicamente le exigimos acatar el marco constitucional y por lo tanto respetar el Estado laico.

En su soberbia e ignorancia, lejos de reconocer como válidos los comentarios recibidos, la Diputada Elsa Méndez siguió cometiendo errores, se dio a la tarea de iniciar una carpeta de investigación en contra de cuatro activistas sociales, bajo el argumento de que nuestros comentarios obstaculizaban la realización de su trabajo legislativo, indicando también que eso le generaba inseguridad personal, esto motivó que tres mujeres y un hombre, quienes somos defensores de los Derechos Humanos fuéramos citados a declarar ante la Fiscalía General del Estado, proceso que inició los primeros días de abril.

Recién se nos ha informado que el 16 de abril del presente año, la Fiscal de Acusación realizó registro de no ejercicio de la acción penal dentro de la carpeta que nos involucraba, es decir, no se encontró delito que perseguir, la carpeta ahora se encuentra en la etapa de revisión para su determinación definitiva en el área de Fiscales Analistas

Habría que informarle a la diputada Elsa Méndez, que a mediados del siglo XIX, miles de mexicanos y mexicanas ofrendaron sus vidas en la búsqueda de mejores condiciones de vida, para ello tuvieron que enfrentar el oscurantismo y el fundamentalismo reforzado en el poder de las tradiciones a la sombra de la institución católica.

En ese entonces el poder de la Iglesia y del Ejército ahogaba el quehacer del Estado, era indispensable imaginar y trabajar por un país diferente, uno en donde las y los mexicanos de ese entonces tuvieran acceso a la justicia sin prejuicios dictados desde el púlpito. Este objetivo atravesaba por tener que consolidar la independencia de nuestra nación, de la corona y también de las grandes potencias que pretendían mantener a México bajo su yugo. Frente a ello, salimos adelante, gracias a que en la escena nacional existieron dos actores imprescindibles: un pueblo indignado, cansado de la corrupción y de la opresión, dispuesto a participar activamente en el cambio necesario y un líder nacido del pueblo, alguien que sabía de los abusos cometidos por quienes desde el poder entendían la justicia como un acto de caridad.

El líder que condujo nuestro destino como nación en ese momento clave de nuestra historia, fue un indígena que con el corazón en la mano, logró la hazaña del siglo, la separación Estado-Iglesia, Benito Juárez, el Benemérito de las Américas, impulsó el reconocimiento del Estado laico y cambió el destino de México.

La no discriminación por cuestiones religiosas y la obligación del Estado a tratar a todas y todos por igual, profesando alguna religión o ninguna, sólo fue realidad a través del reconocimiento del Estado laico. Es por eso que quienes se encuentren ocupando un puesto de elección popular deben abstenerse de cualquier manifestación de culto religioso.

Ignorar la historia que ha forjado la gran nación que somos, mientras con soberbia se ocupa un puesto de elección popular infiere corrupción.

Que no quepa duda, seguiremos exigiendo que la Diputada Méndez y todos los servidores públicos respeten nuestra Carta Magna, aunque les incomode.

Presidenta de Desarrollo Comunitario para la Transformación Social. @AliciaColchadoA

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