Estimados y estimadas lectoras, les comparto que al escribir estas líneas la emoción ha invadido mi cuerpo entero, mi corazón tiene una frecuencia mayor a las 120 palpitaciones por minuto y la esperanza de un Querétaro para todas y todos se ha renovado de manera importante. Para ser específico me encuentro en la comunidad de Las Joyas en el municipio de Cadereyta, en una de las aulas que el programa federal “La escuela es nuestra” y los padres y madres de familia construyeron de manera conjunta gracias al trabajo realizado por el Dr. Gilberto Herrera, cuando era titular de la Secretaría Bienestar y que hoy en día continúa brindando apoyo, asesoría y seguimiento a cada una de las comunidades que atendió desde su anterior encomienda.

Hoy desde su espacio en el Senado de la República, mantiene en alto el nombre de Morena Querétaro a través del trabajo colectivo y cercano a la gente, rompe el molde existente en cuanto a representantes populares se refiere, inicia su jornada laboral a las 5:00 hrs., después de tres horas y media de recorrido en automóvil inicia una caminata entre cerros de poco más de cuatro horas para llegar  después de medio día a supervisar los trabajos de electrificación y conectividad y posteriormente dar clase a alumnos y alumnas que hasta hace un año acudían a un espacio poco digno para aprender.

Después de ser testigo del trabajo del exrector de la Universidad Autónoma de Querétaro, me siento afortunado de haber sido invitado a esta jornada que para el senador es algo habitual en su agenda de actividades, la esperanza está recargada al 100% y es sin lugar a duda la imagen y ejemplo de lo que un representante popular debe ser y hacer. Escuchar las historias y testimonios de los pobladores que con emoción reciben al “doc” y lo contextualizan de los últimos sucesos es altamente gratificante, el agradecimiento pareciera eterno para aquel que visibilizó un Querétaro que pareciera borrado de la lista de prioridades de las administraciones estatales pasadas y desafortunadamente de la actual. La parafernalia de los servidores públicos ofende e indigna, cuando uno es testigo del olvido y rezago que existe en el hogar de más de 50 millones de mexicanos.

Hoy la comunidad de Las Joyas ha transformado su realidad, el acceso a la energía eléctrica y conectividad cambia radicalmente la realidad de los niños y niñas de la zona, la confianza que les brindó Gilberto Herrera para la administración de los recursos para la construcción de las aulas ha motivado que los padres de familia continúen organizados en pro de mejorar el presente y futuro de sus hijos.

Me despido compartiendo una lección aprendida en este viaje, los representantes populares tienen que ir a todos los rincones de sus estados, conocer sus necesidades, sensibilizarse, tener empatía con los sectores más desprotegidos e invertir en educación como motor único de transformación social.

¡Hay que enseñar desde el ejemplo, la esperanza está vigente!

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