La encuesta es un procedimiento perteneciente a una investigación descriptiva, en ella se recopila información y datos sin que se altere el entorno o el fenómeno del cual se obtienen los datos necesarios. Justo este método es el que desde hace varios años Andrés Manuel y Morena han buscado implementar al momento de designar alguna candidatura, desde una diputación local, hasta la correspondiente a una gubernatura o inclusive la de presidencia de la República.

La tendencia de AMLO por la encuesta no termina de convencer a propios y extraños, ya que bajo este argumento en los pasados procesos electorales han sido beneficiados personajes que se encuentran distantes a la filosofía del movimiento Obradorista, teniendo como consecuencia inmediata, diferentes derrotas electorales o en su defecto migraciones oportunistas de funcionarios electos que cambian de partido por así convenir a sus intereses.

Nuevamente la figura de la encuesta suena al interior de Morena, en específico para definir quién va a contender por la silla presidencial bajo el manto del partido movimiento. Por ello, tres de las figuras que desde hace meses he citado en mis colaboraciones semanales, se han pronunciado respecto a este proceso que cuenta con el visto bueno del Presidente, la realidad es que hasta este momento gran parte de la militancia y simpatizantes morenistas desconocen cuáles son los elementos a tomar en cuenta en caso de que éste método de selección sea la vía para definir al candidato o candidata que estará a cargo de darle la continuidad debido al gobierno de la Cuarta Transformación.

Y es el que el sismo interno que se avecina al interior del partido del Presidente, se visualiza de grandes magnitudes y con pronóstico reservado, ya durante la semana mencionó que la selección debe de ser conforme a estatuto y realizar una, dos o más encuestas, inclusive citó el ejercicio realizado en 2011 donde le ganó a Marcelo Ebrard en la carrera por la candidatura de las elecciones, en donde Enrique Peña Nieto llegó de manera opaca a Palacio Nacional.

Ante esta declaración Ricardo Monreal se pronunció a favor de encontrar otro método de selección, bajo el argumento que el señalado de manera estatutaria puede generar divisiones, ¿acaso será un amague en caso de no ser el elegido? Solo el tiempo lo dirá.

Por su lado, el canciller declaró que tiene conocimiento de la opinión dividida que genera la encuesta; sin embargo, a poco más de dos años de distancia respecto al proceso electoral 2024, deja claro a enemigos y amigos que su intención por encabezar la próxima administración federal no es un rumor, sino un aspiración seria y que cuenta con un respaldo importante.

Por último, Claudia Sheinbaum se sabe beneficiada por AMLO y por la militancia que ve en ella una genuina representante de los ideales morenistas. El tablero sigue en constante movimiento, todos los días vivimos diferentes escenarios que hacen que la reserva sea la mejor opción ante una probable encuesta que dejará fisuras serias, pero que si son atendidas en tiempo y forma, Morena llegará sólido a una elección que puede definir su continuidad o el fin de su debut al frente del país.

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