Cada vez somos más emprendedores que por enfrentar la realidad económica o tomar conciencia y decisión de pelear por nuestros objetivos profesionales, decidimos iniciar un negocio propio.

Al tomar este camino, es importante estar dispuestos a esperar el tiempo que el proyecto necesite para que sus cimientos sean sólidos y el crecimiento orgánico y organizacional suceda de forma sana. Por otro lado, vale la pena también tomar conciencia de los avances que vamos teniendo. Es fácil juzgar que el negocio no ha dado aun lo que esperamos perdiendo de vista el camino recorrido. Según cifras de la Copyme, el 70% de las nuevas empresas creadas en México, cierran sus puertas antes de cumplir 2 años. Te pregunto, ¿La facturación va en crecimiento? ¿Haz requerido contratar más personas que te ayuden? ¿Por fin pudiste salir de casa y cuentas con una oficina, taller o local que los ingresos del negocio pagan? ¿Encuentras un mercado interesado en comprar lo que haces? Contestar SI a una o más de estas preguntas, es síntoma de que tu proyecto está tomando forma. Insisto, puede ser que aún no genere lo que necesitas pero definitivamente son excelentes noticias. Te recomiendo visualizar los últimos 6 o 9 meses de operación y si los resultados van mejorando, seguramente vale la pena reconsiderar seguir en lugar de cerrar la cortina. No es bueno compararse con otros, pero cuando veas este escenario, piensa en la cantidad de negocios a los cuales verdaderamente no hay mosca que se les acerque. Posiblemente más que abortar nuestro sueño, lo que necesitamos es replantear algunas estrategias o tu presupuesto personal o simplemente pedir apoyo de una institución financiera que nos brinde más oxígeno durante la curva de crecimiento.

Otros puntos clave a considerar son:

Minimizar gastos fijos. Una idea interesante es investigar los servicios de centros de negocio donde establecer nuestras oficinas. La idea de una gran oficina suena atractiva, pero sobre todo al principio, puede significar la diferencia entre subsistir o terminar de forma temprana.

Involucrar a otros en procesos administrativos u operativos generales. Ya sean empleados o despachos externos, evaluemos contar con quienes realicen actividades que impidan enfocarnos en lo vital para el negocio.

Entrarle a las ventas. La frase “yo no soy bueno para las ventas” no es una opción para nosotros. Consigamos contratos a mediano y largo plazo que representen una entrada fija constante.

Darle valor a nuestro trabajo. Cuando participamos en empresas con departamentos enormes y procesos de reclutamiento de talento, sentimos que nunca somos suficientes, que varios son mejores que nosotros. Sin embargo al salir a la calle e iniciar a prospectar nuevos clientes, descubrimos que somos únicos, que tenemos mucho que ofrecer al mercado, que hay espacio para todos.

La realidad del país lleva a gobierno y ciudadanos a percibir como clave de resolución a los altos índices de desempleo el emprendedurismo. Para convertir esta idea en verdadera solución, los emprendedores necesitamos además de tomar todas las medidas antes mencionadas, estar dispuestos a hacer redes de apoyo donde aprender unos de otros. De nuestros problemas, motivaciones y aspiraciones. Tener la paciencia y convicción para permitir que nuestros proyectos maduren a la velocidad que requiera para fortalecerse y estar dispuesto a compartir y escuchar experiencias, contactos, recursos y habilidades que nos permitan crecer en comunidad.

Instructor vivencial y conferencista de vida. @pepepresno pp@girarecreacion.com www.girarecreacion.com

Google News