La violencia en México sigue imparable. El tema de seguridad sigue estando presente entre los de mayor preocupación para la población.  Eventualmente desplazado por el tema económico y de salud, a causa de la pandemia por el Covid-19, la seguridad sigue guardando un lugar preponderante entre las mayores preocupaciones de la gente. Y no es para menos, sólo en los primeros 4 meses del 2020, aumentaron los homicidios en el país 2.4% en comparación con el mismo periodo del año pasado, esto es, 2 más por cada 100 habitantes.

Luego entonces, la realidad es que la “estrategia” de seguridad implementada por el gobierno federal no está rindiendo frutos, por el contrario, está dejando ver, cada vez más, que las autoridades están rebasadas.

El ataque al secretario de seguridad ciudadana de la Ciudad de México y el homicidio de un juez federal en Colima, pueden interpretarse como una respuesta enérgica de un crimen organizado débil y angustiado, como algunos lo han querido señalar; pero también, se ve como un ejemplo de la fragilidad del Estado y sus autoridades ante la dimensión del problema.

Claro ejemplo de ello fue el operativo fallido en Sinaloa para detener al hijo del Chapo Guzmán, quien a confesión expresa del presidente, fue liberado por sus propias instrucciones. Además, las detenciones fallidas de los familiares de “El Marro”, supuesto líder del cartel santa rosa de lima, cuyos padres fueron ya liberados, una por falta de pruebas y el otro por no tratarse de un delito grave, aunado a los desmanes que hizo en Guanajuato de cuyos responsables no hay un solo detenido.

Y que decir de la militarización del país, cuyo decreto ahora está siendo cuestionado y tendrá que ser revisado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, vía acción de inconstitucionalidad.

Luego entonces, si la seguridad es uno de los rubros a los que más recursos se invierten y que se ha convertido en la prioridad principal del gobierno en los últimos diez años, ¿Dónde está el error? ¿Qué está fallando?

Me parece que en este tema aplica aquella frase del científico alemán Albert Einstein: “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”; es decir, si pretendemos obtener resultados diferentes en el tema de seguridad y combate a la criminalidad, dejemos de aplicar las mismas formulas del pasado.

La realidad es que este gobierno está aplicando sustancialmente la misma fórmula de la administración del entonces presidente Felipe Calderón. Se trata de una estrategia sin estrategia, es decir, de un “golpe al avispero” sin medir consecuencias, de una política centrada en lo mediático y no en resultados; maniobra que, cabe señalar, irónicamente fue criticada desde la oposición y que ahora emplean quienes están en el poder.

En este sentido, ¿Cómo queremos obtener resultados diferentes, si repetimos el mismo procedimiento?

Por eso, debemos aprender de nuestros errores, rectificar el camino y fijar objetivos, de ahí que es importante que, como ciudadanas y ciudadanos, seamos enfáticos en este tema y exijamos de las autoridades resultados tangibles y efectivos, que muestren una verdadera estrategia integral que brinde soluciones a corto, mediano y largo plazo, y no que actúen al “calor” del momento ni insistan en políticas fallidas que han demostrado ser ineficaces.

Pues en este tema, como en muchos otros, México demanda resultados… no ocurrencias.

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