¿Bullying al ejército? ¡Ja, ja, ja!, ríe el general José Francisco Gallardo cuando escucha la pregunta, porque dice que en el ejército a él sí le hicieron bullying cuando en 1993 lo cargaron de acusaciones por proponer la creación de un ómbudsman al interior de las fuerzas armadas. Durante su encarcelamiento que duró diez años, la Corte Interamericana de Derechos Humanos revisó su caso y lo declaró preso de conciencia. “¿Qué puedes esperar de Peña Nieto?, agrega, si confunde Uruguay con Paraguay, y a Tecoman, Colima, lugar donde nací, dijo que era Guanajuato. En realidad, nadie supo lo que quiso decir con lo del bullying, pero lo que sí sé es que en México la justicia es selectiva”.

El bullying tiene que ver con novatadas, “pero en el ejército esos abusos y afectaciones a la dignidad se han convertido en crímenes que yo mismo vi cuando era cadete dentro del Colegio Militar y que fueron encubiertos por los mandos de entonces”.

La charla con el ex asesor de tesis de licenciatura (UNAM) de este tecleador fue, como muchas, amena, interesante, llena de anécdotas y muchos ejemplos, pero anticipa ¡Tú sabes si lo publicas, porque te pueden acusar de alterar el orden público! ¡Yo qué, ya estoy curtido!

La justicia, afirmó, no es como la diosa Fénix, vendada y con báscula… “No. En México tenemos una justicia selectiva. Hoy (16 de noviembre) los medios entrevistaron al gobernador de Veracruz como si fuera héroe; Ahhh, pero aguas con que robes algo en Walmart, o Sams, trasnacionales vinculadas corruptamente con la clase política, porque te aplican todo el peso de la ley”.

“En el ejército no hay justicia, pese a los tribunales. La Comisión de Derechos Humanos es tomadura de pelo. La única justicia existente es la de mando y es el secretario de la Defensa quien dicta las sentencias, el defensor de oficio, el supremo tribunal militar, los procuradores militares son payasada”.

Esto ha roto las estructuras de justicia en México provocando que 99% de crímenes y delitos sean impunes. “Violando el 21 constitucional, es el ejército quien soporta el sistema de investigación y persecución del delito, cuando el único facultado es el Ministerio Público. Además, el 129 señala que en tiempos de paz el ejército no debe realizar funciones competencia de la autoridad, es decir, la clase política y el ejército viola sistemática y permanentemente la Constitución mexicana”.

Respecto a 2018, dijo que será una coyuntura donde los mexicanos podemos establecer un nuevo régimen, “romper las estructuras autoritarias que no han dejado avanzar a México en la democracia a través de la vía pacífica, de las urnas, de utilizar el voto libremente, sin coacción”.

Los estudiosos de la ciencia política afirman que la legitimidad es el fundamento del poder político; por lo que Gallardo se pregunta “¿qué va a pasar con Del Mazo, gobernador mexiquense, si compró la silla estatal? ¡Pues vender el estado! Porque no tendrá la fuerza y solidez para enfrentar los poderes fácticos y dar firmeza a las instituciones que contempla la Constitución. ¡Lo que pasa, amigo Sobrevilla, es que detrás de todo esto corren ríos de miles de millones de pesos!”

Volviendo a 2018, Gallardo asegura que, si hay cambio a la izquierda, habrá una revisión, porque en la historia del país, las instituciones armadas jamás han sido revisadas: “primero, porque el poder civil les tiene miedo; y segundo porque los hoy posesionados en el poder, en todas sus estructuras, están soportados a la fuerza, con las armas”.

Afirma Francisco Gallardo Rodríguez que, si los militares abrieran los archivos de la defensa nacional, cambiaría la historia del país. “Por eso y de acuerdo con las diferentes administraciones que ha tenido México, respecto a la sucesión, no habrá cambio porque todo responde a una política que busca a toda costa mantener un statuquo de privilegios para la clase política y la oligarquía existente”.

Periodista cultural

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