¿Cuántas veces nos hemos topado con comentarios que apuntan a que los mexicanos no tenemos memoria?

Quizá esto corresponde a cosas un poco más serias, pero en el futbol también sucede.  En innumerables ocasiones aficionados a equipos olvidan lo que en algún momento aplaudieron y exigen lo que, por el momento no se da, pero que se trabaja por ello.

Hoy por hoy, la Resistencia Albiazul, la barra de los Gallos Blancos, crea cánticos que piden la salida de Ignacio Ambriz "Oh oh oh que se vaya 'Nacho', no queremos más fracasos" gritaban enfurecidamente en el último partido en el estadio Corregidora. Pareciera que ya ni los triunfos son suficientes, ya que con el triunfo en Copa ante Atlético San Luis 3-2, la afición tampoco salió del todo satisfecha.

La cosa es que si nos remontamos un par de meses atrás, cuando la crisis económica y los problemas legales de Amado Yáñez golpearon fuertemente a la institución, Ambriz estuvo ‘al pie del cañón’. Cuando nadie confiaba en Querétaro, cuando no se veía la luz al final del túnel, cuando el hoyo parecía cada vez más y más profundo, él creyó…creyó en el equipo, creyó en la afición…misma que hoy le da la espalda.

A Ignacio Ambriz le ha costado dos años enteros formar el plantel que hoy por hoy es Querétaro, once jugadores que han generado respeto, han cambiado de poco la historia y la manera en que los rivales los miran.

Querétaro experimentó un momento coyuntural con la llegada de ‘Nacho’. Le entregaron un equipo al borde del descenso, un barco semi hundido que tenía pie y medio en la división de ascenso y, sin embargo, fue él quien lo rescató, fue Ambriz quien se encargó de que se quedaran tan cerca de la salvación.

Hoy las cosas son distintas, hoy ya no hay crisis económica, ya no hay problemas legales de los dueños, hay una nueva directiva, refuerzos de lujo, pero no hay confianza por parte de la afición, la que sustenta gran parte de la estabilidad del equipo.

La Resistencia hoy no es capaz de otorgarle al que formó un equipo diferente el pequeño beneficio de la duda.

Y es que siendo críticos, el equipo no juega nada mal; el equipo retiene el balón, va al frente, genera ocasiones de gol; es la contundencia la que se ha convertido en el tendón de Aquiles para los emplumados.

Es por ello que, si bien es cierto que los técnicos son esclavos de sus resultados, muchas veces, el trabajo arduo puede generarles una segunda oportunidad.

Por lo pronto, hoy por la noche, Querétaro enfrentará a Veracruz. Un duelo de suma importancia para que las aguas se calmen y la continuidad de ‘Nacho’ no se ponga más en duda.

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