De acuerdo a las cifras oficiales conocidas, anualmente se desechan en el territorio mexicano algo así como 25 millones de llantas; alrededor de 22.5 millones de este gran total, son tiradas por la gente en los basureros, en las calles, en baldíos e incluso, sobre las banquetas; es decir, al aire libre.

El resto, unos 2.5 millones de neumáticos son quemados, principalmente en hornos productores de ladrillos o en cementeras.

Fuente de peligro. Cualquiera de estos dos destinos que damos a las llantas tienen consecuencias negativas para el medio ambiente. Si se queman, quedan en el aire –suspendidas— partículas de diversidad de elementos químicos tóxicos. Estas partículas se esparcen por el aire y son respiradas por las personas, introduciéndose a sus organismos.

Es obvio que, al suceder esta condición, su sistema inmunológico se deteriora, se pierden defensas y, finalmente, se aumenta la probabilidad de adquirir enfermedades bronco-respiratorias, ahogos, asma y hasta cáncer pulmonar.

Además de generar basura y convertirse en el hospedaje ideal para que aniden ratas, insectos y otros animales dañinos, los neumáticos son una potente fuente de contaminación ambiental y de daño ecológico que impacta directamente en el cambio climático.

Baste referir que el caucho del que se componen las llantas, contiene compuestos de azufre, selenio, de cloruros, de zinc, óxido de magnesio, arcillas, sílice, alquitrán y resinas, entre otros elementos. Al encontrarse al aire libre, se liberan lentamente todos estos contaminantes que son tóxicos muy peligrosos.

Frenar la contaminación. El municipio de Querétaro es nuestro hogar y el sitio en el que vivirán nuestros descendientes. Es sumamente irresponsable que sin pensar en ellos ni en nosotros mismos, mantengamos la insana costumbre de desechar las llantas “a cielo abierto” y en cualquier sitio que se nos ocurre.

Por eso es que la semana anterior anunciamos la puesta en marcha de los programas “Rola las llantas” y “Llantatón”, cuya finalidad es crear conciencia en la ciudadanía y evitar que las llantas sean abandonadas en las calles, baldíos o incluso en drenes de la ciudad. La opción tampoco es almacenarlos, pues siguen contaminando. El mejor camino es transformarlos para elaborar cemento, como ya se hace en varios países e incluso en México.

Una empresa cementera mexicana ha desarrollado el producto denominado “llancreto” que es, precisamente, cemento a partir del reciclado de las llantas y que ya lo ha utilizado, con buenos resultados, en los estados de Guanajuato, Nuevo León y Puebla, por mencionar algunos.

Por eso es que en alianza con compañías llanteras y una cementera, organizamos estos programas para retirar las llantas de las calles, evitar que generen polución y dar opción a su reuso sin dañar el medio ambiente.

Este es un trabajo que nos involucra a todos; a la sociedad y al gobierno municipal. Proteger nuestro medio ambiente, cuidar nuestra ciudad, heredar un Querétaro limpio a las futuras generaciones, es nuestro compromiso compartido.

Un ambiente saludable. La protección del medio y la generación de una cultura ecológica son ejes principales de nuestro gobierno en el municipio de Querétaro. Procurar un entorno saludable para nuestra comunidad y de menor contaminación posible es una tarea permanente e ineludible.

Por eso impulsamos acciones para fortalecer nuestro entorno natural, como la construcción de Pulmones Urbanos, cuya función es ayudar a la regulación del microclima de la ciudad, reducir las emisiones de efecto invernadero y constituir barreras naturales contra contaminación auditiva y visual.

En las áreas rurales del municipio, implementamos una campaña de reforestación con el apoyo invaluable de la Comisión Nacional Forestal que ha dejado como saldo, hasta el momento, más de 700 mil árboles plantados,mientras que en la zona urbana hemos plantado unos14 mil.

Con estos programas damos un paso más en este camino en la construcción de una ciudad más amable y solidaria con todos sus ciudadanos.

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