Cosas increíbles están ocurriendo en México y podemos ser parte de ellas. Se requiere compromiso y trabajar fuertemente. Empresarios y emprendedores empiezan a reconocer que lo más importante es la gente y su propósito de cambio social.

Este fue el mensaje del “Strategic Growth Forum México 2018 de EY” al que fui invitado por  Gustavo Jurado, Socio de Innovación Digital. En un ambiente de conversación y colaboración más de 400 personas asistimos a un evento disruptivo de digitalización con un enfoque humano. Al final del programa, me regalaron un libro que permaneció en mi escritorio varias semanas esperando su turno de lectura.

“Modelando el emprendimiento social en México” publicado por Editorial LID, IPADE Publishing y el Centro de Investigación en Iniciativa Empresarial EY es una propuesta interesante que impulsa el poder del emprendimiento social para la transformación de México. Cuenta con el rigor académico de Mary Conway Dato-on y José Antonio Dávila Castilla (coordinadores de la obra) y casos prácticos que inspiran a conocer sus éxitos.

El emprendimiento social es retador: busca cambiar el “statu quo” de una comunidad y crear valor social. Las empresas sociales no son ONGs , ni buscan utilidades para sus propietarios ni mucho menos son organizaciones de caridad. Los emprendedores sociales “proporcionan gran fuerza para el cambio social al destruir sistemas injustos e inequidades del poder” y crean empresas que solucionan problemas sirviendo a sus comunidades.

Un caso referido en el libro es Tosepan Titataniske (Unidos venceremos, en náhuatl) localizada en la sierra nororiental de Puebla y que ha beneficiado a más de 175 mil personas. Esta cooperativa exitosa y pujante, comprende 9 sociedades de varios campos desde el ahorro y crédito, vivienda sustentable, producción orgánica, mujeres empoderadas, comercializadora, salud integral, ecoturismo, transformación del bambú y miel. Precisamente de este movimiento emerge la actual Secretaria de Bienestar del gobierno federal, María Luisa Albores González, especialista en economía social y solidaria.

Un propósito de Tosepan —común en los emprendimientos sociales— es mejorar la calidad de vida de sus participantes y como documenta el caso es “mantener su identidad, conservar su lengua, cultura, tradiciones y preservar los recursos de su territorio”. Los conocí hace unos años en un encuentro de economía social en la Universidad Iberoamericana en Puebla y su progreso es notable.

Otro caso de éxito registrado es Educación para Compartir, una organización que usa el poder del juego para formar mejores ciudadanos desde la niñez. Reconocen que en México se les conoce poco y están en planes de lanzamiento de su marca. Han sido ganadores del Premio Mattel Prize for Play y el People´s Choice Award convocado por Ashoka. Sus programas educativos no son aburridos, son juegos, deportes, artes y ciencia que aplicados con niños y adolescentes generan un impacto transformador en sus comunidades convirtiéndolos en agentes de cambio.

En definitiva, el libro está completo y merece ser incluido como material de estudio en universidades. Permite valorar el impacto de los emprendimientos sociales en México e invitar a la acción a la próxima generación de líderes sociales. Nuestro país nos necesita. ¡Felicidades por su contribución!

Google News