En los últimos meses y a raíz de la pandemia por el Covid-19, se ha hecho de lo más común leer noticias catastróficas y pesimistas sobre lo mal que la estamos pasando, sobre la crisis de salud, el aumento de contagios y como ésta ha desencadenado una serie de afectaciones en la economía mundial.

Para México el panorama luce complicado, desde enero del 2018 la economía de nuestro país se ha ido desacelerando, hasta registrar números negativos en febrero de este año, el escenario más optimista es una caída de nuestra economía del 4.6%, pero los escenarios más pesimistas son de más de 8%, con una pérdida de empleos que podría llegar hasta un millón 400 mil, lo que significa 6 millones de mexicanos afectados por la falta de empleo, y lo más preocupante es que la mayoría de estos serán jóvenes menores de 30 años.

Es cierto que los jóvenes somos el grupo poblacional más afectado, desde las complicaciones para la educación a distancia hasta los altos índices de desempleo juvenil, nuestra generación ha sido la primera en tener que cambiar su forma de vida, sin embargo, adaptarnos es parte de nuestro ADN, así crecimos, teniéndonos que adaptar a un mundo que cambiaba de forma rápida y exponencial.

Adaptarnos y reinventarnos es nuestra forma de ser, y en este contacto de crisis y de enormes retos aquellos que se adapten más rápido serán quienes lideren la reactivación económica del mundo,

Todos lo sabemos, la situación es complicada y ante esta realidad la mayoría de las personas verían un futuro desalentador, pero nuestra generación no, nosotros vemos aquella información que muchas veces se pasa por alto y entre una ola de encabezados y notas pesimistas, nosotros encontramos noticias que nos entusiasman, una de las más relevantes es que en medio de la pandemia el comercio electrónico creció un 300%.

Ahí es en donde debemos enfocar nuestras esperanzas, con la crisis se abre un mundo de oportunidades que podemos aprovechar, las reglas del pasado caducaron, hoy con las herramientas que los jóvenes manejamos desde hace años y con mucha actitud cualquier persona puede generar ingresos y competir desde su casa con las más grandes y tradicionales compañías, en esta nueva realidad, no gana el que más dinero tenga, la empresa que más años lleve en el mercado, ni el que tenga la mayor cartera de clientes, la gana el que actúe con mayor rapidez para adaptarse.

La tecnología y las redes sociales son el salvavidas más eficiente que podemos utilizar, no sólo para sobrellevar estos momentos de crisis, sino para ser competitivos en la nueva normalidad que llegó.

Empresas grandes, pequeñas, medianas y micro, independientes y todo aquel que aspira a emprender, debe buscar la manera de cómo incluir tanto la tecnología como el marketing digital en sus procesos. Estas dos herramientas que no solamente son las más económicas para operar un negocio, sino que además ahora son las únicas que son factibles para muchos casos.

La respuesta es muy clara, la reactivación económica y la reconfiguración social solo se dará si los jóvenes nos involucramos y tomamos el liderazgo.

Emprender e innovar son la clave, atrevámonos, el mundo lo necesita, México lo necesita.

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