Científicos de todo el mundo coinciden: vivimos una emergencia climática debida al calentamiento global, que a su vez se debe a la emisión de gases efecto invernadero (sobre todo dióxido de carbono y metano), y urgen al mundo entero a disminuir drásticamente la emisión de dichos gases y a “atrapar” los gases que inevitablemente las actividades humanas habrán de emitir. De tal forma que el resultado final de gases, emitidos menos “atrapados”, sea igual a cero.

Desgraciadamente el Gobierno de México va en la dirección contraria; construye refinerías, impulsa una reforma eléctrica que privilegia la generación de energías sucias (quema combustóleo) sobre las energías limpias (solar, eólica), implementa un programa –Sembrando Vida– que en la realidad deforesta, construye el Tren Maya cometiendo un ecocidio, y la lista pudiera ser muy pero muy larga.
Ante ello surge la pregunta: ¿y yo qué puedo hacer? Me parece que podemos y debemos actuar en dos sentidos:

1) Rediseñar nuestro esquema de vida de tal forma que consumamos menos energía. Ejemplos: Apagar las luces que realmente no necesitamos (Apaga un foco y ahorra un poco, ¿te acuerdas?), utilizar la lavadora de ropa de manera eficiente –cargas completas–, al salir a la calle y si tenemos coche planear previamente nuestra ruta anotando todos los pendientes para no tener que hacer dobles recorridos, cuando sea posible la instalación de celdas fotovoltaicas y calentadores de agua solares, sustituir el coche de gasolina por uno eléctrico y reciclar todo lo que sea posible.

2) Exigir a nuestros gobiernos una mayor responsabilidad ambiental.

Esto rubro es fundamental, debemos ser hasta intransigentes en demandar a los gobiernos una mayor responsabilidad ambiental.

Debemos exigir que el criterio ambiental sea definitorio en los programas y acciones de gobierno. Entre otras: Priorizar la generación de energías limpias, apoyar la creación de buenos sistemas de transporte público, ajuste a las normas de calidad de las emisiones del transporte de carga, reparar y resarcir el daño ambiental generado por proyectos del Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, corregir el programa Sembrando Vida, dar un NO rotundo a los cambios de uso de suelo que dañen zonas de recarga acuífera, invertir en plantas de tratamiento de aguas residuales para evitar contaminar los litorales y aniquilar los microorganismos que “atrapan” una gran cantidad de CO2. ¡Y mucho más!

Fuente de los Deseos: Ojalá que todos asumamos nuestra responsabilidad y modifiquemos hábitos y consumamos menos energía. Por la salud de nuestros hijos y nietos, ojalá EXIJAMOS a nuestros gobiernos una mayor responsabilidad ambiental.

Comisionado del CECA

Google News