Las elecciones todavía dan para mucha tinta, sobre todo para las y los obsesionados en desenmarañar el ejercicio democrático, responsable y en paz del 52% de la ciudadanía mexicana.

Los resultados fueron tan diversos que hablan de un voto más razonado y menos emocional del que observábamos mientras veíamos el PREP comiéndonos las uñas. En algunos sitios el electorado castigó (SLP), en otros premió (Querétaro) y en otros de plano no entendemos qué pasó (Nuevo León). La elección tiene a unos haciendo leña del árbol caído y a otros celebrando su victoria con caguamas.

El Presidente (otra vez) hizo uso de la sorna para calmar a sus tigres y toros cuando dijo que les fue "...tan mal, tan mal, tan mal…” que ganaron 186 de 300 distritos. En principio suena bien, porque la oposición obtuvo sólo 115 curules; pero hace 3 años el Presidente y sus aliados ganaron 220 distritos, 34 distritos más que en 2021. Ya no tendrán las 253 diputaciones que les permitían aprobar leyes con los ojos cerrados porque, con todo y pluris, les faltarán 55 votos.

En 2018, Morena & Co., lograron 332 curules y con dos "opositores" les daba para la mayoría calificada, lo que les permitía modificar la Constitución. Eso se acabó. Por eso coquetean con un PRI que bien sabemos siempre está dispuesto al guiño, a pesar de andar de luna de miel con el PAN. Y eso ya no suena a que les fue "...tan bien, tan bien, tan bien...". Pero no olvidemos que ganaron 11 gubernaturas, por lo que regirán en la mayoría del territorio nacional, con todo y que hayan perdido alcaldías en la CDMX. El resultado de las elecciones no es un "castigo" del electorado, porque claramente conservan la mayoría, es un "vete a tu cuarto y piensa lo que hiciste".

El Presidente tendrá que renovar el guión de su segundo acto si en verdad quiere hablar con quienes apreciamos más seriedad en el discurso y las acciones y menos comedia, sarcasmo y burlas. Ya es hora de que deje los adjetivos hirientes y recurra a la empatía, especialmente hacia la clase media y las mujeres. Lo ideal sería que reconociera su parte en la polarización del país, que ojo, es una responsabilidad compartida. A la oposición tampoco le caería mal una reflexionada.

Morena y el Presidente están limitados. El PAN-PRI están limitados. Si no se sientan a la mesa de los niños grandes a comer con cubiertos nos quedaremos estancados en la terquedad que lastima a quienes menos tienen porque, si algo se puede demostrar, es que bajo los gobiernos de los tres partidos han crecido la pobreza, las violaciones a derechos humanos, la corrupción y la violencia. Aquí nadie se salva.

Quienes gobiernen y legislen deben dejar de pretender encarrilar México a punta de ocurrencias. Eso tiene atrapado en un socavón de pobreza a la mayoría de la población. Ya vimos que el electorado mexicano está aprendiendo que su voto castiga y en el 2024, nos puede dar una sorpresa que nos deje aterrados.

¡A poco no, Nuevo León!

Directora Regional del Centro Latinoamericano para La Paz, la Cooperación y el Desarrollo (CELAPAZ) 
e integrante de la Red Nacional 
de Alertistas. 
Twitter: @mcruzocampo 
Fb: maricruz.ocampo

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