Ojalá y contáramos con una varita mágica para saber muchas cosas, para en verdad conocer cuándo es que las condiciones de semi distanciamiento, esta nueva etapa en semáforo naranja en algunos estados y ciudades del país, en que hemos entrado o salido, según la posición desde la cual se mire, habrá de concluir para pasar a la siguiente etapa -o color-. De repente ya no se sabe si vamos o venimos, si estamos adentro o afuera, si vamos de regreso o nos quedamos donde estamos. La situación es que hoy ya nos encontramos en la calle, no sabemos por cuanto o hasta cuando. Esperemos no regresar al aislamiento.

Mientras las cifras bajan a trompicones y las estadísticas sobre la pandemia se acumulan pesadamente sobre la memoria y discurso en corrillos cotidianos, las autoridades indican que la situación en la que se encuentra la salud pública del país esta siendo controlada; los pocos que aún permanecemos en casa, nos preguntamos -al menos yo me lo cuestiono-, si estaremos cada día más cerca de retornar a eso que algunos se empeñan en llamar nueva normalidad, o si en contraparte nos encontramos más lejos de contar con el entrenamiento adecuado para convivir con ese virus y sobrellevar, desde la óptica del sistema de salud público de nuestro país, las diversas complicaciones que este genera.

Para las instituciones educativas de nuestro estado, la cercanía del retorno sigue aun en  entredicho, todos ya queremos regresar, eso es claro, pero que tan preparados estamos para ello, es la respuesta al qué tan lejos estamos en realidad.

La institución universitaria para la que trabajo, al igual que todas en este estado, nos hemos comprometido desarrollando y adaptando las mejores prácticas sanitarias mediante protocolos para el acceso y convivencia en las instalaciones de la universidad, resguardando la salud de toda la comunidad y, sobre todo, hemos ideado estrategias para garantizar, en este contexto, el desarrollo de competencias y capacidades en los estudiantes para atender a un sector aeronáutico que aún se esfuerza por sobrevivir a la pandemia.

El compromiso con los chicos y chicas, y con todas las familias que los atendemos en las condiciones en que hoy nos encontramos, está siendo respaldado por mucho trabajo y disciplina, y aunque todos queremos volver ya, y caminar entre aviones, acceder a los talleres y laboratorios, convivir con los compañeros, sean estudiantes, docentes o personal administrativo, habremos de aguardar hasta que las condiciones sean las más adecuadas para el retorno.

En pleno verano, cuando muchos se alistan para unas vacaciones diferentes, todo parece indicar que nos encontramos más cerca, ya con cierto nivel de entrenamiento, con mucha urgencia por convivir y con unas cifras alborotadas por el acumulamiento, durante ya cuatro meses; las ganas de vernos, de sentirnos físicamente y de retomar esa vida que dejamos en las oficinas, en las aulas, en los cafés y lugares de reunión que acostumbrábamos previo a la pandemia son motivadores ya desgastados por el tiempo. Reflexiono y lo comparto este martes #DesdeCabina.

Después de todo este tiempo, de tantos esfuerzos y privaciones, de tanta estadística y comunicaciones, de cientos de días y noches conviviendo en el hacinamiento psicológico y físico, añorando en los rincones el volver a eso que todos diversamente califican como realidad. ¿Estaremos más lejos o más cerca?. Continuará...

Rector de la UNAQ
@Jorge_GVR

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