Para ser candidato a un puesto de elección popular hoy en día hay dos caminos: mediante el registro de un partido o de una coalición de partidos políticos, o con una candidatura independiente, que necesita obtener un número determinado de firmas de apoyo. Sin embargo, se ha inaugurado una nueva modalidad: con una sentencia tramposa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Además de las reglas formales, en 2018 los partidos y coaliciones que llegaron a la boleta del 2018 no fueron un ejemplo de democracia. Los tres candidatos fueron seleccionados por pequeñas élites. En el caso del PRI se hizo un destape de Meade, como sucedía en los viejos tiempos; Peña Nieto decidió al candidato, después de quitar los candados para que un no-militante pudiera portar los colores del tricolor. Anaya hizo una larga negociación para formar un frente con el PRD y MC. Fue una decisión que no se jugó mediante una elección interna, como sí sucedió en el panismo en 2006 y en 2012. A los otros aspirantes blanquiazules se les convenció de apoyar al “joven maravilla”, y su contrincante más fuerte, Margarita, cuando vio que no habría una competencia interna, decidió romper para irse por la vía independiente. Con elecciones primarias, quizá, el resultado en el PRI y el PAN, hubiera sido distinto. En el caso de López Obrador (AMLO) fue una candidatura que llegó porque siempre fue obvio que así sería —sin competencia— por ser el líder indiscutible de un movimiento y de un nuevo partido, Morena. En cualquier caso, si se hubiera dado una elección interna, de todas maneras hubiera ganado el peje.

En la ruta de los independientes, los que no hicieron trampa, como Marichuy, simplemente no llegaron a la boleta; ella no logró conseguir las 866, 593 firmas distribuidas en 17 estados del país. Pero sus apoyos fueron legales. Los que sí lograron las firmas necesarias, Margarita, Ríos Piter y El Bronco, lo hicieron con trampas y simulaciones. De acuerdo con la autoridad electoral, el Instituto Nacional Electoral (INE), sólo Zavala cumplió, a pesar de que tuvo 327, 456 inconsistencias. Ríos Piter tuvo 414, 959 inconsistencias y no completó las firmas, y el gobernador con licencia de Nuevo León tuvo 508, 453 inconsistencias y tampoco le alcanzó, hasta que el TEPJF lo rescató mediante una trampa.

Inicialmente el INE sólo registró la candidatura de Margarita y quedaron sólo cuatro aspirantes en la boleta presidencial. Pero, de pronto, en una decisión dividida (4-3) de la sala superior del TEPJF, se fabricó un truco, se torcieron las reglas y con una presunción, una hipótesis, sobre las firmas de El Bronco, se ordenó meterlo a la boleta. Se argumentó que no se le había respetado su derecho de audiencia, pero tuvo 12 audiencias. A los magistrados no les importó que El Bronco no tuviera las firmas legales.

Esa decisión trucada recibió una crítica general. Fue como un abucheo al final de un partido de futbol en donde el árbitro inventa un penal, todos saben que es falso, pero se cambia el marcador. De esos cuatro magistrados tres son cuota del PRI (Felipe Fuentes, José Luis Vargas y Mónica Soto) y uno del PRD (Indalfer Infante), lo cual es un dato importante para entender lo que hicieron. Sólo el partido gobernante aplaudió la trampa del tribunal. A esos magistrados electorales, que ganan salario de príncipes, les importa poco la legalidad porque no hay castigo. Esos magistrados son la expresión de un Tribunal capturado que calificará la elección presidencial.

No es la primera vez que este Tribunal le hace favores al PRI, ya había dictado sentencia en contra de la iniciativa de “cancha pareja” del INE y también autorizó las tarjetas con las que se compra el voto. Queda claro que Peña Nieto hará todo lo que pueda para conservar el poder, como escribió Jorge Zepeda. El fantasma de una elección de estado es una realidad que toma forma: antes del broncogate, hubo el despido arbitrario de Santiago Nieto, titular de la Fepade electoral; después vino el uso político de la PGR para perseguir a Anaya. Este tribunal ha metido a la elección en una zona oscura en donde las reglas se pueden torcer “legalmente”. En 2018 habrá una boleta con trampa…

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