Sigue pues en circunstancias
pues de plano muy extrañas.
Estos robos que dan ansias
de la gente con sus mañas.
Roban mucho los costales
una bola de rateros.
De por sí tales por cuales
y además también huleros.
El señor Vega Montoto
culpa luego a los del tren.
Se arma siempre el alboroto
y gran relajo también.
A los tiras los agreden
cuando entran en acción.
En verdad si ya no pueden
pues no la hagan de emoción.
Sigue pues esta novela
el asalto... a este tren.
¿Fuego amigo que desvela?
mala pata al cien por cien.
Periodista