La actividad de torear es una actividad física asistemática, es decir el nivel de esfuerzo que realiza el torero es irregular e intermitente.

El toreo sigue unas secuencias protocolarias: toreo de capa, toreo de muleta y entrada a matar. Todo ello a unas intensidades y duraciones diferentes, y con unos períodos de recuperación también diferentes.

Si revisamos la investigación de Gabriel I. Reyes, preparador físico de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, veremos cómo en sus toreros investigados, se registra una Frecuencia Cardíaca (FC) muy elevada a lo largo de toda la lidia: 70, 90 y 100% de la FC máxima, en cada una de las tres etapas protocolarias del toreo.

Durante más del 50% de la corrida, el torero está a una FC muy elevada (entre 70 y 100%). Así mismo se observa cómo en el toreo de salón esta FC es mucho más baja. Todo ello nos lleva a concluir que estos altos niveles de FC son debidos a la actividad física de torear y al estrés emocional que provoca la lidia: enfrentamiento al toro, presión del público, responsabilidad personal...

Esta enorme carga Físico-Psíquica, lleva al torero a sus límites fisiológicos. Estos límites fisiológicos se traducen en esta elevada FC o taquicardia, en el estrés emocional que supone el toreo, en una implicación física extrema durante la lidia... De aquí deducimos la gran importancia de una buena condición física para cualquier profesional taurino: torero, novillero, banderillero...

Así mismo esta gran exigencia del sistema cardiovascular del torero, llevando a muchos toreros a niveles de taquicardia severa, aconseja que todos ellos realicen un reconocimiento médico exhaustivo, como medida cardiológica preventiva.

"El entrenamiento físico aeróbico (esfuerzo suave y prolongado) actúa directamente sobre el funcionamiento del corazón".

La mejora de la condición física en los profesionales de la tauromaquia, se basa en el desarrollo de sus cuatro componentes fundamentales:

La resistencia en un torero es la base de su entrenamiento físico. Es el elemento básico y primordial a trabajar. Si un torero no tiene resistencia se ve afectado por el cansancio y dificulta su recuperación. Ello conlleva a que su percepción disminuya (fundamental para enfrentarse a un ser vivo tan imprevisible como es el toro), y a que su concentración, seguridad y confianza también disminuya.

La velocidad es también muy importante. De todos los tipos de velocidad, la velocidad de reacción es la que más incide. Este tipo de velocidad depende en gran manera del factor genético, pero el entrenamiento es el factor más importante a la hora de mejorarla.

Ante un estímulo: el toro, con movimientos y respuestas tan imprevisibles, es fundamental una buena velocidad de reacción. La flexibilidad es fundamental como apoyo al entrenamiento artístico. Una buena flexibilidad disminuye la rigidez muscular y mejora los movimientos técnicos y artísticos. Es una actividad complementaria que facilita los movimientos: mayor amplitud, soltura, fluidez, armonía. Mejora el rendimiento de las otras cualidades físicas. Evitar posibles lesiones.

La fuerza es la última cualidad, importante también como complemento a determinados aspectos. Se ha de potenciar la fuerza, a nivel general (todos los grupos musculares) y a nivel básico (trabajo de fuerza resistencia).

La mejora de la fuerza complementa la preparación física general, ayuda a aplicar la técnica del toreo (por el peso de la capa y la muleta), para aplicarla en la entrada a matar, para recuperar y prevenir lesiones, como compensación estética corporal (para muscular extremidades delgadas y para disminuir el peso graso).

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