Argentina cuenta con una profusa tradición de organización y activismo sindical. Desde sus primeros agrupamientos durante el siglo XIX hasta la actualidad, los trabajadores atravesaron un historial de reivindicaciones, luchas, avances y retrocesos, que hizo de la Argentina un país reconocido por el protagonismo de su clase trabajadora y, en particular, de sus organizaciones. Durante esa larga trayectoria, la fisonomía del trabajo y de los trabajadores tuvo profundas transformaciones. Al calor de las mutaciones en la estructura productiva, fue consolidándose progresivamente hacia la segunda mitad del siglo XX a nivel mundial una clase obrera urbana, asalariada, masculinizada, empleada bajo condiciones formales y vinculada fundamentalmente a las actividades industriales. De esa configuración social emergieron varias de las principales organizaciones sindicales que perduran hasta hoy en día junto con otras originadas en períodos previos e, incluso, otras surgidas en períodos recientes

Más de 3 mil sindicatos agrupan a unos 3 millones de trabajadores argentinos. Muchos de los líderes de los gremios más importantes llevan hasta 30 años en el poder; nada nuevo bajo el sol y, en México tenemos varios ejemplos. a vigencia actual de los sindicatos expresa su fortaleza, más aún si se considera el tipo de circunstancias históricas que debieron atravesar. Por caso, los trabajadores y, en particular, los representantes sindicales, fueron objeto prioritario del terrorismo de estado durante la última dictadura militar.

Georgina Zerega, dixit “Los sindicatos en Argentina están entre los más poderosos de América Latina. Tomaron forma a partir de 1945, con la presidencia de Juan Domingo Perón, y actualmente agrupan al 40% de los trabajadores formales.

Se consideran el último baluarte del peronismo tradicional, aquel que tenía al obrero como base de una sociedad basada en el trabajo. Las recurrentes crisis económicas argentinas, con la consiguiente caída de millones de personas en la informalidad, ha reducido su poder de negociación”.

Las mayores centrales obreras son la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de los Trabajadores de Argentina (CTA), que concentran el grueso de los gremios. La primera tiene una línea ideológica cercana al peronismo más conservador y duro. La Confederación de Trabajadores de Argentina, es una escisión de la CGT que se separó en los noventa para formar una corriente más progresista.

Especialista en Derecho del Trabajo, 
Certificado por el Notariado de la Unión Europea 
lopezaso@outlook.com

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