Y por fin, tras unas campañas que fueron más largas y pesadas que la cuaresma, este miércoles se impone el silencio, ese momento donde todos los candidatos paran toda actividad de promoción personal de voto y comienza una jornada de reflexión ciudadana para que el próximo domingo acudamos a votar.

Y es paradójico que entremos en esta fase de silencio cuando el silencio fue lo que en realidad predominó en estas campañas, las cuales fueron desangeladas y no hubo grandes respuestas ni discusiones. Debates que parecían repeticiones de spots, discursos sin sentido y falta de grandes oradores. Unas campañas donde el silencio le ganó al ruido democrático.

Unas campañas donde ante la falta de ideas que confrontar para convencer al electorado, al final, el fantasma de la violencia hizo su aparición, como ya lo reseñamos en este espacio la semana pasada, primero en Landa con el asesinato de un candidato a regidor síndico y con la presunta agresión a simpatizantes de Morena en San Juan del Río. Lamentablemente, este fin de semana, el candidato del PT a la alcaldía capitalina, Waltter López, denunció ataques homofóbicos en su contra, lo cual, como todo acto violento es condenable y deplorable.

Así, con un ambiente enrarecido cerramos las campañas estatales donde ya muchos optan por ser profetas y auguran un triunfo holgado azul; sin embargo, hasta que los votos no caigan en las urnas y se cuenten, nadie puede cantar victoria y aunque se ve lejos una sorpresa en el horizonte como en 1997, este reportero prefiere ser periodista que registre los hechos presentes que profeta que se anticipe a hechos fallidos del futuro.

En el plano nacional, la batalla, además de las gubernaturas en curso, en realidad está por el control de la cámara baja, donde el discurso se ha reducido a si se está a favor o en contra de Morena y la alianza PRI-PAN-PRD llama a que votes por cualquiera de ellos que tengas más posibilidades de derrotar a Morena.

Como estrategia en el papel no suena mal, pero olvida que muchos votantes son leales a su partido y difícilmente cambiarían su voto. La élite que impulsó esta propuesta cree que la rabia antiobradorista que los invade corre por todo el país, lo cual es erróneo porque el presidente llega con un 60 por ciento de aprobación a los comicios, lejos está esa rabia de manifestarse en todos los sectores.

Y hacen el llamado al voto útil, pero olvidan que la última vez que se promovió el voto útil resultó totalmente inútil porque le dio el triunfo al Vicente Fox que, lejos de hacer grandes transformaciones, pactó con las cúpulas existentes y cohabitó con ellas. Entonces, el voto útil en realidad resultó ser inútil.

Periodista y sociólogo. @viloja

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