Inició el proceso electoral extraordinario en Puebla, tras la muerte “accidental” de la gobernadora Martha Érika Alonso Hidalgo, a unos días de haber tomado protesta ante el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez. La gobernadora asumió el cargo el 13 de diciembre del año anterior y falleció el 24 del mismo mes; solo 11 días duró su gobierno. El gran perdedor en aquella elección constitucional fue el morenista Miguel Barbosa; nunca aceptó la derrota a pesar del recuento de votos ante las autoridades judiciales, siempre argumentó que le robaron la elección, afirmación nunca demostrada en las instancias jurisdiccionales en materia electoral. Perdió por la diferencia de 124 mil 897 votos, ante Alonso, quien obtuvo 1 millón 152 mil 226 votos. Derivado de la extraña muerte (aun no aclarada) de Érika y su esposo el senador Rafael Moreno en el “helicopterazo”, hoy se lleva a cabo elección extraordinaria en Puebla; proceso electoral a cargo del Instituto Nacional Electoral, a petición de Morena y Andrés Manuel López Obrador. El cínico perdedor vuelve a participar como candidato de Morena. Por cierto, ni en su partido llega a la candidatura de forma transparente; su oponente, el senador Alejandro Armenta, impugnó la elección interna dado lo sucio del proceso interno, manipulado por la dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, quien había levantado la mano a Barbosa mucho antes de iniciar su proceso interno ¡El poder los corrompe! Morena va en alianza con PT y Verde Ecologista.

El PAN, va en alianza con PRD y MC, teniendo como candidato a Enrique Cárdenas, académico de prestigio y sin antecedentes oscuros; sin embargo, el candidato está alejado de la política. Fue rector de la Universidad de las Américas y Director Ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. Su expediente profesional se encuentra sin mancha, de ahí que los panistas hayan escogido como candidato a una persona respetada por la sociedad poblana, aunque no conocido en la mayoría de los 26 distritos electorales en que se compone el estado de Puebla. Los partidos políticos que cobijan a Cárdenas necesariamente deberán armar una estrategia político-electoral “mercadológica”, para llegar a la mayoría de los electores en un par de meses, la elección será el primer domingo de junio; Cárdenas es un desconocido para el electorado. Su discurso lo basa en acusaciones al gobernador interino dado el incremento de la inseguridad; asimismo, al gobierno federal por el paternalismo y los recortes presupuestales, sin meterse en problemas de confrontaciones; ello demuestra su decencia en la política, lo que de ninguna manera hace su contrincante Barbosa, quien se fue directo a la yugular, al asegurar, una vez más, que él ganó la elección pasada. El primero muestra su novatez y el segundo la malicia que lo caracteriza desde que era perredista y coordinador de los senadores en la legislatura pasada; se robó el dinero de las prerrogativas, dejando las arcas vacías; emigró a Morena, dejando a los perredistas en la desgracia económica, además de haber dividido al grupo parlamentario. Barbosa necesitaba dinero para su campaña al gobierno del estado, obtuvo recursos de donde pudo y como pudo. Ni así logró ganar la elección ante la panista Erika Alonso.

El PRI, totalmente desangelado pide una nueva oportunidad a los poblanos por medio de Alberto Jiménez Merino. Se asume como el “candidato del pueblo”. Trabajaba como delegado de la Sagarpa en Puebla. También es considerado sin experiencia política, su camino será cuesta arriba. El pillo de Barbosa lleva ventaja, los poblanos habrán de diferenciar lo malo de lo bueno.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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