Exactamente hace ocho días que comenzó la justa mundialista más importante del balompié mundial y los primeros descalabros han empezado a aparecer. Pareciera que es producto de una maldición o algún hechizo, de esos de las brujas en los cuentos de hadas, o simple casualidad, pero lo cierto es que ya van tres mundiales consecutivos que quien es campeón al siguiente ciclo mundialista las cosas se revierten. Quizá porque ser campeón sea demasiado bello para ser real y se debe despertar pronto de lo que, definitivamente, es un sueño. Cumplir el sueño de levantar la Copa del Mundo debe representar un sentimiento inigualable en el que crees poder comerte el mundo a mordidas y, una vez que lo has comido, ya no hay nada más. Quizá esa pueda ser la explicación más coherente que podamos encontrar al desastre en que se ha convertido el “futuro” (hoy presente y pasado) inmediato de los campeones del mundo. En Alemania 2006, la selección italiana se envolvió en gloria al levantarse como campeona del mundo, sin embargo, cuatro años más tarde en Sudáfrica 2010 fueron penosamente eliminados en fase de grupos. Lo mismo pasó con la furia roja, mismos que fueron campeones por primera vez en su historia en Sudáfrica 2010 y hoy en Brasil 2014 se despiden muy pronto del país carioca. El rey ha muerto y el trono está vacante. AMÉRICA PARA LOS AMERICANOS. Si recordamos nuestras clases de historia, nos vendrá a la menta la tan famosa Doctrina Monroe, creada cuando James Monroe, presidente de Estados Unidos, dijo “América para los americanos”, misma que establecía que cualquier intervención de los estados europeos en América sería vista como un acto de agresión. Relacionándolo un poco con el futbol, nos encontramos que ésta doctrina ha penetrado en éste mundial. En Brasil 2014 los europeos han brillado por su ausencia, o al menos su brillo ha sido opacado por las selecciones latinas. La gran revelación hasta el momento ha sido Costa Rica, pues a pesar de ser parte de uno de los grupos que lucían muy difíciles, de empatar hoy ante Italia, dejaría fuera a Inglaterra. MURALLA TRICOLOR Por otra parte, México ha sorprendido a propios y extraños con su destacada participación en ésta copa del mundo. Ante Camerún demostraron haber encontrado la forma y el estilo para pelear por algún lugar significativo en Brasil. Ante Brasil, la selección encabezada por Miguel Herrera, consiguió un resultado histórico. Sacarle el empate al anfitrión no fue nada sencillo. Sin embargo, los verde amárela no contaban con la astucia de Guillermo Ochoa, quien se llevó todos los reflectores. Por cierto, no tiene equipo… ¿alguna oferta? El lunes, México enfrentará a Croacia para buscar su clasificación a los octavos de final y una vez ahí, habrá de dos sopas: Holanda o Chile.

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