En días pasados, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) hizo oficial el nombramiento en su dirigencia nacional de René Juárez, quien asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional.

Fue José Antonio Meade quien decidió el cambio en la presidencia del PRI, y aseguró que significa un ajuste a la campaña presidencial. El objetivo de este cambio, dijo, “es armonizar la estrategia, el discurso y el equipo de trabajo”.

René Juárez asume de manera interina la dirigencia del PRI en lo que resta de la campaña presidencial.

Conoce las entrañas del partido. Fue presidente municipal de Acapulco, se desempeñó como secretario de Planeación, Presupuesto y Desarrollo Urbano de Guerrero. Fue diputado federal entre 1994 y 1997. Después fue nuevamente secretario de Planeación y posteriormente gobernador de Guerrero. En 2012 fue Senador, en 2016 fue subsecretario de Gobernación; en enero de este año renunció al cargo y en marzo se integró a la campaña de Meade como coordinador local de la campaña presidencial en el estado de Guerrero.

También ha desempeñado varios cargos dentro del PRI como presidente estatal del partido en Guerrero, miembro del CEN del PRI en diversas ocasiones y delegado del CEN en más de 10 estados de la República.

Al asumir el cargo dijo que “la política en el Revolucionario Institucional será de brazos abiertos, de una unidad real sin falsa pose y simulación. Que nadie se autoexcluya, sólo juntos construiremos la victoria electoral”.

Se pronunció como un presidente cercano a la militancia, también dijo que recorrería el territorio mexicano, “para construir la unidad fundamental que requiere el PRI ante la elección más competida en la historia partidaria”.

El partido vive una nueva etapa, es importante renovarnos a la par de las necesidades ciudadanas; pero sin olvidar los principios y los objetivos de nuestro instituto. Es importante la reflexión seria de las condiciones que se han venido viviendo en nuestro partido y asumir el compromiso con las causas sociales.

Este cambio tiene que ver con la buena política, el saber concertar las necesidades, la de aquí y ahora y la de mañana y allá lejos. La política resuelve las demandas actuales, pero es indispensable que sepa ejecutar estrategias de mediano y largo plazo. Era necesario este nuevo ciclo, iniciar la siguiente estrategia de campaña era indispensable. La buena política da soluciones eficaces. El largo plazo es peculiaridad de la buena política y, correlativamente, la mala política tiene la mirada corta. Es conformista con las fachadas, nunca ahonda. Ir al fondo de las cuestiones le espanta. La buena pone todas sus fichas en consumar acuerdos de Estado. La mala coloca las suyas en incitar la discordia. Por esta razón el propio candidato tomó la decisión del relevo: “Sin duda revitaliza la campaña; sin duda, nos permite pertrecharnos mejor para la contienda; sin duda, habrá de implicar un proceso de armonización, de discurso y de visión.

No dejar a nadie fuera es fundamental para promover la gobernabilidad democrática y abordar desigualdades estructurales, y significa permitir Se requiere incluir y sumar, desarrollar una gran capacidad que permita resolver los problemas con decisiones consensuadas y eficientes. Resolver los conflictos en forma constructiva.

Desde hace más de 24 meses a nivel local también se ve el agrupamiento de diversas expresiones al interior del partido en torno al proyecto Meade, para lograr una meta común en beneficio de la nación.

José Antonio Meade dijo: “Y en ese esfuerzo y en ese ánimo de hacer equipo, con entusiasmo, con convicción, de tocar como se dijo ayer, cada puerta, cada vecindad, cada colonia, (…) haremos cuanto sea necesario para generar convicción y entusiasmo, ya que la mejor alternativa para el país, es la que nosotros representamos”.

Ex presidente municipal de Querétaro y ex legislador federal y local.
@Chucho_RH

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