El proceso electoral del domingo  será sin duda uno de los ejercicios democráticos más importantes en la historia del país, contrario a elecciones pasadas las boletas no cuentan con la presencia de personajes de gran trascendencia por parte de las diferentes fuerzas políticas.

Mucho menos se espera el voto corporativo, que el viejo PRI implementó durante décadas, y mucho menos existe un ambiente idóneo para un fraude electoral, esto gracias a los cambios constitucionales que convirtieron a los delitos electorales en faltas que, inclusive, puedan ameritar prisión a quien los cometa.

Desde el punto de vista de un servidor, lo más curioso de las siguientes elecciones radica en que pareciera una clase partido de futbol en donde 21 jugadores buscan ganar a como de lugar a un participante, que en este caso es Morena. Si creen que exagero en mis comentarios basta ver la burda alianza del PRD, PRI y PAN, coalición donde los blanquiazules parten el pastel buscando llevarse el pedazo más grande, mientras el prácticamente extinto tricolor y los indignos del partido del sol se conforman con las sobras de los que algunas vez fueron la tercera fuerza en el país.

Hay estados, como Guerrero, en donde la coalición PRI-PAN se ha cuajado con la intención de detener el avance morenista cuya candidata llegó gracias a que el Instituto Nacional Electoral le quitó la candidatura a Félix Salgado Macedonio, quien pese a las diferentes propuestas de propios y extraños del partido guinda, salió beneficiado en el respectivo proceso interno de selección. Este caso, como otros a nivel nacional, deja en evidencia que la nueva oposición no tiene como prioridad el rumbo y futuro de la nación, al contrario, les preocupa de sobremanera el poder regresar al poder para hacer uso del mismo y así favorecer sus intereses mezquinos y los de aquellos que patrocinan sus acciones enfocadas a desestabilizar al país.

A las diferentes alianzas y coaliciones que se han generado electoralmente hablando se suma la cultura de odio que diversos comunicadores han buscado permear en la ciudadanía, si esto fuera poco, AMLO ha logrado que aquellos personajes políticamente muertos, busquen regresar a la vida a través de mensajes en sus redes sociales o en diversos medios de comunicación, basta ver el increíble e irreal llamado de Felipe Calderón (FECAL) a votar por el PRI, PAN y PRD, cuando tan solo hace unos meses vociferaba que su malogrado partido era diferente de los institutos políticos que hoy promociona.

El miedo que la nueva forma de gobierno y de hacer política que ha implementado el compañero Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo que hasta el tristemente célebre arzobispo Juan Sandoval Iñiguez y un grupo de jerarcas de la Iglesia Católica hicieron un llamado a votar en contra del partido del Presidente, buscando de este modo influir en el voto de la ciudadanía y acarrear votos a los partidos que durante 90 años saquearon México para que más tarde que temprano nuevamente estos nuevos defensores de la democracia en sotana, regresen a la lista de beneficiarios del poder en turno.

La batalla del 6 de junio se divide en dos bandos, el del pasado que integra el INE y sus acaudalados funcionarios temerosos de perder sus privilegios, el PRIAN con las migajas políticas del PRD, los pseudo intelectuales y falsos informadores, grupos religiosos como el encabezado por el mencionado en el párrafo anterior y por otro lado se encuentra Morena y en especial los simpatizantes de Andrés Manuel.

¡Este 6 de junio, nos vemos en las urnas!

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