Existen muchos mitos alrededor de los artistas más famosos de la historia del arte, pero la rebeldía y el ego son concepciones que han ido de la mano a lo largo de los años con la noción del artista. Hoy me gustaría contarte de un artista que inclusive con su ego se supo desenvolver dentro de uno de los movimientos artísticos más estrictos de la historia del arte, el renacimiento. A pesar de sus contradicciones con la política y la religión él supo crear sus propios cánones y un lenguaje plástico único y extraordinario, gracias a esto dejó una huella, no sólo en el aspecto técnico plástico, sino en la misma historia universal.
Este gran rebelde del renacimiento fue Miguel Ángel Bounarroti, artista prodigio del movimiento, a pesar de ser excelente en diferentes expresiones artísticas como la pintura y arquitectura, la escultura era su arte favorita y realmente la hizo suya. Miguel Ángel con tan sólo 24 años y aun siendo un estudiante de artes, elaboró una de las grandes obras maestras de la historia del arte, La piedad (1498-99). Sin duda alguna, muchos conocedores de su tiempo se dieron cuenta del talento extraordinario del artista, pero hubo otros que dudaron de su talento y pusieron en tela de juicio que un artista tan joven tuviera la destreza artística que Miguel Ángel demostró en la escultura, es así como el artista se vio forzado a “vandalizar” su propia obra de arte. Una noche ingresó al lugar en donde se exhibía la obra y cinceló su nombre en el cinturón que porta la Virgen, convirtiéndola así en la única pieza firmada por el artista, gracias a esta obra Miguel Ángel se abre camino al gran mundo del arte de Roma.
Además de haber sido un rebelde por entrar a hurtadillas a la mitad de la noche y cincelar su nombre en la escultura, existen otros elementos dentro de la misma obra que demuestran esa resistencia característica dentro del pensamiento del artista. La figura de la Virgen esconde un gesto que denota el conflicto personal que el artista vivía en su momento, en uno de sus brazos hay un cuestionamiento ante el sacrificio de su hijo. Asimismo, algo más que muestra el concepto y pensamiento del artista son las expresiones faciales de la Virgen y Dios, el sufrimiento no se muestra en sus rostros de forma evidente, la belleza de éstos transmite paz y tranquilidad, Miguel Ángel hizo su propio lenguaje para mostrar ese sufrimiento, es así como los sentimientos están develados con los contrastes de luces y sombras que hace con los movimientos del mármol, la fuerza que demuestra en los pliegues y los movimientos de las ropas. La manera en que Miguel Ángel cincela la fuerza con la que María toma su hijo entre sus manos, demuestra la maestría del artista.
Por esta razón me gustaría proponer el arte como generador de rebeldía o un ego particular que puede superar los propios límites de los materiales y del artista mismo para así crear obras extraordinarias o que parecerían imposibles de ser creadas por un ser humano. Tú qué opinas, ¿crees que Miguel Ángel fue más un pintor o escultor? ¿crees que exista alguna otra escultura del artista que supere La Piedad?