Sin que signifique una frustración profesional, mi verdadera vocación hacia la abogacía tiene su sustento en el Derecho Penal y muy ligada al Ejército Mexicano. Esto deriva de que en la UNAM al cursar la carrera, la materia me la explicó uno de los mejores penalistas de América Latina, don Celestino Porte Petit, quien  me distinguió con una cercana y larga amistad al igual que su hijo: Luis Octavio del mismo apellido. Posteriormente, a través de la Inter-American Bar Association y de mi ex alumno en el ITESM-QRO Carlos Gutiérrez quien fue secretario de Comercio de George Bush padre (y me llevó a la Oficina Oval de la Casa Blanca), comencé a conocer  un poquillo los oscuros pasillos del poder de la DEA y la CIA, tema para otro espacio. Posteriormente, la vida profesional me acercó a algunos Procuradores Generales de Justicia y los cito conforme vienen a mi memoria: Pedro Ojeda Paullada, quien también fungió como secretario del Trabajo; Ignacio Morales Lechuga, gracias a uno de sus libros (no recuerdo el nombre y escribo fuera de mi biblioteca, pero se identifica por una mano con seis dedos que aparece en la portada); Oscar Flores Sánchez ex gobernador de Chihuahua y cuyo hijo Eduardo invité a colaborar con el suscrito en el D. F.; mi amigo el Dr. Sergio García Ramírez, quien junto a otro Doctor en Derecho como: Néstor de Buen, coincidimos en uno de los múltiples foros de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, en Guanajuato cuando Fox era gobernador; Antonio Lozano Gracia; Rafael Macedo de la Concha; el hijo de don Raúl Medina Mora (ex Presidente de la Barra citada); Eduardo Tomás Medina Mora Icaza, quien presidió el CISEN, fue embajador de nuestro país en EE UU y ahora, junto con otros dos amigos: José Fernando Franco González Salas y Arturo Zaldívar Lelo de la Larrea (compañeros de siempre en el ámbito académico y del litigio), ahora son Ministros de la SCJN.

Lo anterior, junto con la experiencia de abogado litigante en Querétaro me ha permitido delinear las características a satisfacer por quien ocupa el cargo respectivo a nivel local: Alejandro Echeverría Cornejo a quien en mi vida he visto, empero he seguido su trayectoria, con el tiempo lo ¿demostrará?; me explico: Todo Procurador de Justicia debe de vivir familiar y profesionalmente en una caja de cristal; sus bolsillos e impartición de Justicia (investigación del delito) deben de ser prístinos y con moral y ética a toda prueba; leal y firme convencimiento del respeto de los Derechos Humanos y las garantías individuales y por supuesto con honestidad y cercanía, no sólo a los ciudadanos, sino al gremio profesional, a través de los Colegios, Barras, Federaciones de Abogados Penalistas, no sólo de Querétaro y México, sino a nivel internacional. Las puertas de la PGJ en Querétaro, siempre han estado abiertas para nosotros los Abogados y ciudadanía en general; ¿será esta la excepción?

Respecto del ámbito militar, años atrás estuve a punto de ingresar al Colegio respectivo, empero cuando me decidí, ya era requisito poseer el título de preparatoria y el suscrito, recién terminaba secundaria, sin embargo, un primo hermano mío (no lo nombro por razones de “seguridad nacional”), estuvo a un milímetro de ser el secretario de la Defensa de EPN y ahora es Jefe de “alguna” Zona Militar en la República Mexicana; en fin, la vida también de manera satisfactoria me llevó al Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, empero, como ciudadano, abogado, mexicano y estudioso del acontecer cotidiano de la vida social, jurídica y económica de nuestro país y otras latitudes, junto a Federaciones, Colegios y Facultades de Derecho, habremos de ver en los hechos, quién es en realidad: Alejandro Echeverría Cornejo. El Procurador ¿nos defraudará? y ¿al gobernador?, pues como termina su columna mi compañero del Universal, Ricardo Alemán: “Al tiempo”.

Desde luego, amig@ lector@, usted tiene una mejor opinión.

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