En anteriores columnas hemos hablado ya de la importancia del poder de nuestras palabras, así como desde pequeños tenemos la capacidad de ir adquiriendo el conocimiento para aplicarlas de manera positiva o negativa, pues bien en días recientes lamentablemente una persona de nuestra Entidad lastimó a la población  debido a un comentario que tuvo un proceso anormal en él,  mismo que lamentablemente  compartió en redes sociales y todos lo atacamos alzando la voz contra la discriminación. 

Para mí es importante transcribirles lo que un servidor  publicó en el Universal Querétaro, hace más de cinco  meses: 

“…Las palabras son un  reflejo de nuestro pensamiento y muchas veces de nuestro sentimiento, son ellas quienes lo plasman, son hermosas cuando las decimos de manera positiva cuando las utilizamos para construir,  reza el viejo refrán que las palabras se las lleva el viento, pero qué pasa cuando  no lo hacen, si no se van e infringen de manera negativa en una o unas personas esas palabras lastiman, laceran, hieren, éstas tienen mucho poder, tienen la gran habilidad si se utilizan de manera negativa de destruir lo que tanto tiempo se logró construir, debemos hacer una reflexión acerca de ello, debemos pensar  antes de hablar  cuando estemos resentidos, hablemos solo cuando estemos tranquilos. 

Cuando emitimos una palabra debemos de pensar lo que diremos una y otra vez, dicen que por ello Dios nos dio dos orejas y una boca, para escuchar más y hablar menos. 

Nuestra boca es un puente de unión o de destrucción, debemos tener cuidado con lo que decimos, y también cuidado en el crédito que le damos a lo que escuchamos, es por esto  que antes de emitir un juicio tenemos que analizarlo y siempre he creído  que si no tienes nada bueno que decir es mejor no decir  nada. 

Nunca decidas nada enojado y no prometas nada contento... 

El ejemplo es claro, por si tenían la duda que las palabras tienen un poder impresionante ahí está la muestra de que es verdad, actualmente la gente utiliza facebook y twitter para compartir su sentir, sus pensamientos, sus acciones sean buenos o malos, si antes estábamos solo preocupados por lo que decíamos, hoy en día debemos de estar preocupados por lo que compartimos en nuestros estados en redes sociales, más aun si se pretende denostar o lacerar a alguna o varias  personas sea o no figura pública debemos ser respetuosos recuerden que somos dueños de lo que callamos, esclavos de lo que decimos y culpables de lo que compartimos. 

Estas líneas las escribo con la única finalidad de que alguien le dé lectura y pueda ser una herramienta para generar un mejor entorno, una mejor calidad y calidez en nuestro actuar, espero sean de su agrado. 

Debo recordarles que nadie es tan simpático en persona como lo es en 140 caracteres de Twitter y nadie es tan guapo como en su foto de perfil en Facebook. 

¿Y tú piensas antes de publicar algo?

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