No es un tema asociado a la economía, es decir, no tiene que ver con ganancia alguna derivada de un buen negocio, la venta de un bien o la provisión de un servicio. Es más bien desde un punto de vista más lúdico quizá, desde el cual quiero reflexionar este martes #DesdeCabina.

Decía Winston Churchill: “El problema de nuestra época consiste en que los hombres no quieren ser útiles sino importantes” y una de las ideas fuerza de esta frase me ha permitido modelar mucho del trabajo profesional en que me he embarcado en los último años.

Más aún, así como es sumamente relevante hacer lo que nos apasiona, también creo yo es igualmente importante que esto sea útil a los demás. Cuando ambas circunstancias convergen, el resultado es de naturaleza apocalíptica —quizá exagere—, pero en verdad que las cosas pueden guiarnos indudablemente considerando estos dos criterios.

Un buen ejemplo de ello lo he vivido recientemente. Hace algunos días fui elegido para presidir durante los próximos 3 años, el Consejo Mexicano de Educación Aeroespacial A.C., una organización sin fines de lucro, cuyo objetivo, entre otros, es agrupar a todas aquellas instituciones de educación públicas y privadas, de diversos niveles y modalidades educativas, que ofrecen formaciones o servicios de capacitación para el sector aeroespacial, coordinando esfuerzos para fortalecer las capacidades de la triple hélice y orientar con mayor “utilidad” el trabajo de las universidades, institutos y centros de formación que soportan, mediante el talento que se educa, o capacita en ellas, al sector.

Con más de 10 años de vida, el COMEA (por sus siglas), ha buscado ser punto de encuentro entre las instituciones de educación, las diversas organizaciones empresariales del sector y el gobierno. Se ha buscado en este tiempo, trascender y provocar que las organizaciones educativas incrementen su “utilidad” para el sector, ya sea a través de mejorar la apreciación de sus egresados, o el valor que el conocimiento generado, los productos tecnológicos o de formación lleven a la industria, al gobierno y sociedad en general.

Ahora con esta responsabilidad adicional, confirmo que la generación de “utilidad” es mucho más trascendente que buscar ser importante, ya no digamos famoso. Recibí un mar de felicitaciones y reconocimientos por este nombramiento, el cual debo reconocer en su justa medida es el resultado del esfuerzo de un equipo que ha sido parte de la tripulación del COMEA —al mismo tiempo que de la UNAQ— desde su origen y despegue y que ha vivido y sufrido las de Cain, por mantenerlo en vuelo y hacerle un lugar en el grupo de organizaciones del sector y para el sector.

Al igual que otras responsabilidades similares en las que me he involucrado a lo largo de los años, además de volar mi aeronave favorita, este nuevo reto confirma que hacia donde uno voltee la mirada puede encontrar un número interesante de actividades de participación social, proyectos, asociaciones o simplemente responsabilidades, que pueden asumirse y representar utilidad para los demás, y, si aquello en lo que uno se embarca, resulta apasionante, mil veces mejor. Ser útil a los demás es super poderoso, y serlo en lo que a uno le apasiona, de gran realización, una mezcla increíble.


@Jorge_GVR

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