Cuando el presidente citó mal el viernes pasado la obra clásica de Mario Puzo, El Padrino, para decir que don Vito Corleone había mandado a estudiar a su hijo al extranjero —cosa que en realidad nunca sucedió en la novela— muchos pensaron que era sólo uno más de los errores e imprecisiones que suele cometer el mandatario en sus largas alocuciones mañaneras; pero los cercanos de Palacio Nacional dicen que en realidad López Obrador estaba mandando un mensaje cifrado y con destinatario preciso: el expresidente Carlos Salinas de Gortari.

“Está como el asunto de los que van a estudiar al extranjero, el hijo del padrino, según la novela de Mario Puzzo, estudió en el extranjero, lo mandaba el padrino. Y así los que más daño le han hecho al país, son los que supuestamente tienen más conocimiento sobre el manejo de la economía, son los que han acabado con el país”, dijo el mandatario en su conferencia del 17 de julio en Manzanillo Colima. La alusión a Salinas de Gortari, a quien quería comparar con Vito Corleone, fue aún más clara y directa, cuando les comentó a los reporteros: “Hay uno de ellos que yo le llamó el padre de la desigualdad moderna, que fue presidente y estudió en Harvard, ahí les dejo de tarea que investiguen quién fue”.

La comparación entre Carlos Salinas y El Padrino, de Puzo, fue totalmente intencionada; no fue una ocurrencia ni algo que se le haya ocurrido en el momento a López Obrador. El expresidente es, de hecho, padrino de bautizo de uno de los hermanos de Emilio Lozoya, Juan Jesús Javier Lozoya Austin, y tuvo siempre una relación muy cercana con el exdirector de Pemex por el compadrazgo con su padre, Emilio Lozoya Thalmann, excompañero de la Facultad de Economía de Salinas de Gortari junto con Manuel Camacho, y exdirector del IMSS y exsecretario de Gobierno durante el sexenio salinista.

A ese “padrino” se refería en realidad el presidente. Porque cada vez es más claro que, más que a Enrique Peña, a quien Lozoya ofreció “poner” o “acusar” como uno de los artífices de la corrupción en Pemex es al expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien se acercó en el sexenio pasado al hijo de su compadre para proponerle “negocios” y recomendar a inversionistas que estaban interesados en participar en las rondas petroleras que la Reforma Energética del peñismo abrió para la explotación de la riqueza petrolera del país.

La manera en la que van a involucrar a Salinas de Gortari en la corrupción de Pemex sería através del empresario Alonso Ancira, actualmente preso en España y acusado junto con Lozoya de la operación fraudulenta en la venta de la planta de Agronitrogenados. En sus declaraciones y testimonios que ya empezó a rendir ante la Fiscalía General de la República, Emilio Lozoya dará información detallada de esa operación con la que prácticamente entregaría a Ancira con nuevos elementos para que el gobierno mexicano pueda reforzar el juicio de extradición que actualmente se lleva a cabo en España en contra de quien fuera dueño de Altos Hornos de México.

Y es que, según fuentes de la Fiscalía, en sus primeros testimonios, Lozoya ha dicho que el que diseñó la operación para la compra de Agronitrogenados y el fraude detrás de esa adquisición, fue el expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien ideó el plan para que Ancira, que fue uno de los empresarios beneficiados de su sexenio, le vendiera la planta a sobreprecio a Pemex y él mismo convenció a Peña Nieto quien le encargó la operación a su hombre de confianza, Luis Videgaray. Con base en esa declaración del exdirector de Pemex se podría acusar e indiciar a Salinas, dicen las fuentes consultadas.

Salinas fue una especie de broker en el sexenio de Peña Nieto; aprovechando la influencia que ejercía sobre Peña, el expresidente recomendaba a empresarios y sugería en Los Pinos distintas formas de hacer negocios, varios de los cuales se vinculaban directamente con Pemex y la implementación de la Reforma Energética que privatizó la industria energética nacional. No era la única área donde Carlos Salinas hacía negocios. En esta columna documentamos el caso de los millonarios contratos para la construcción de Reclusorios federales, en los que, por un monto de 7 mil millones de pesos por contratos, varios empresarios encumbrados del país recibieron asignaciones para construir las nuevas cárceles.

Un empresario que participó de ese esquema y que obtuvo un contrato por 7 mmdp para construir un reclusorio, aseguró a esta columna que después de varios intentos fallidos por participar en esas licitaciones alguién le comentó que “no estaba tocando la puerta correcta” y le recomendó buscar al expresidente. El empresario asegura que lo hizo y que, después de ser recibido por el exmandatario en su casa de Camino a Santa Teresa y de acordar los términos del pago de una jugosa comisión, cuyo monto no reveló, el contrato federal para el reclusorio le fue adjudicado.

Así es que puede que López Obrador haya leído o no El Padrino y es muy posible que su equivocación fuera parte de su desconocimiento de la obra de Mario Puzo; pero lo que sin duda era real fue su intención de anticipar, entre líneas, que su verdadero objetivo tras la negociación con Emilio Lozoya —a quien por eso dice que “tenemos que cuidarlo mucho”— es acusar y eventualmente procesar al expresidente Carlos Salinas de Gortari, el que siempre ha sido su verdadera némesis y a quien siempre se ha referido, además de “padre de la desigualdad moderna”, como “el verdadero padrino de la mafia del poder”.

NOTAS INDISCRETAS…

Para el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien se ha deslindado de cualquier trato, soborno u operación con Emilio Lozoya durante la aprobación de la Reforma Energética, cuando el primero fue director de Pemex y el poblano coordinador de los senadores del PRD, los dichos de Lozoya “son los de un delincuente. Tampoco vamos a instalar una verdad, a partir de lo dicho por un delincuente”. Y aunque el mandatario estatal dijo no tener información, no descartó que algunos senadores hayan recibido sobornos, “como se dijo mucho”, dice que cada legislador y grupo parlamentario tuvo en su momento sus posiciones claras e insiste en que, tanto él como coordinador como el resto del grupo parlamentario fueron muy claros al estar en contra de esa Reforma y su posición fue defender el petróleo para los mexicanos. Le preguntamos a Barbosa sobre el dicho del presidente López Obrador, de que hay que cuidar a Emilio Lozoya por la información que dará a la Fiscalía, y el mandatario poblano remató: “Bueno, la forma en que venga a México es un asunto de autoridades, pero sigue siendo un delincuente ¿no? Entonces es el dicho de un delincuente”… Hoy se resuelve la renuncia de Javier Jiménez Espriú en una plática con el presidente López Obrador en el despacho presidencial. El ingeniero sí quiere irse y sí mandó su carta de renuncia tras enterarse por la prensa y no por su jefe, de que le iban a quitar el control de los puertos aduaneros del país. Veremos si el presidente acepta la renuncia o convence a Jiménez Espriú de que se quede para seguir adornando la SCT; en todo caso, dicen que por aquello de las dudas, ya tiene listo un sustituto que saldrá de Palacio Nacional... Por cierto que otro del gabinete que estaría en la cuerda floja es el secretario del Medio Ambiente, Víctor Manuel Toledo Manzur. No sólo por la falta de resultados en política ambiental y mantener oídos sordos al llamado de austeridad decretado en el gobierno federal —tiene a su disposición 10 secretarias; cinco choferes y tres encargados de la cocina para su atención— también en la Semarnat afirman que desde su llegada ha otorgado nombramientos a sus allegados que no cumplen con el perfil para desempeñarse en importantes cargos, como es el caso del subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental, Julio Trujillo Segura, quien carece de los ocho años de experiencia requerida para esa posición, y de la formación profesional en la especialidad. ¿Será casualidad que su rápido ascenso burocrático se deba al simple hecho de estar casado con Carol Arriaga García, actual delegada de Morena en Sinaloa para la operación del proceso electoral del próximo año, y en donde al parecer ya le ofrecieron la candidatura para la gubernatura?... Y hablando de los estados, la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, mandó un mensaje a los sonorenses en el  primer día de reapertura en Semáforo Naranja en su estado: “No es este el momento de  echar las campanas al vuelo, sino que son momentos de seguir seguir extremando la alerta sanitaria y de mantener las precauciones, con las que nos hemos conducido en los últimos meses, no confiarnos y salir a la calle, como si ya hubiéramos superado la pandemia. En otros lugares de la Republica, que ya estuvieron en semáforo naranja, se vieron obligados a regresar al rojo, por el relajamiento e incumplimiento de las medidas sanitarias, eso es lo que queremos evitar en Sonora, que por no hacer lo correcto, existe el riesgo de que se incremente el número de contagios y ese es el cuento de nunca acabar”. Se ve que la mandataria lo tiene claro, pero quién sabe si los sonorenses también… Batimos los dados. Serpiente y caída libre.

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