Luis Alberto se encontraba
disfrutando un pachangón.
Al bailazo le entraba
abrazando a un “viejorrón”.
Luis Alberto no sabía
que ya no hay privacidad.
Luis Alberto pues bebía
y tenía felicidad.
Otros cuates disfrutaban
con las nenas el fiestón.
Muy alegres los captaban
casi casi en agarrón.
La moral de estos panistas
ha quedado muy atrás.
La verdad, siendo realistas
se han quitado el antifaz.
¿Cuál discurso les creemos?
Si el ejemplo está ya dado.
Con tristeza mucho vemos
que hasta en trata, se han clavado.
Periodista