“Yo tengo mi buena cantidad de defectos, soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una dura lección que me impuso la vida; que el odio termina estupidizando porque nos hace perder objetividad frente a las cosas. El odio es ciego como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye” sabias palabras del Senador y expresidente uruguayo José Mujica con las que se retiró de la política activa el pasado martes 20 de octubre.

José Mujica, un extraordinario hombre de la llamada izquierda que como el mismo lo señalo paso de todo, fue guerrillero y fue presidente. Un hombre del que comparto algunas de sus ideas y formas de gobernar y del que difiero en otras, pero aún así de quien debo reconocer nos deja un gran, amplio y controvertido legado. De sus escritos y posicionamientos se pueden extraer muchos consejos sabios, entre ellos el que un gobernante no puede odiar a nadie si no quiere destruir a su pueblo.

Es por lo anterior que invito a todas y todos y particularmente al Sr Presidente López Obrador a que no odie a mexicana o mexicano alguno, a que no siembre el odio entre mexicanos aún y cuando esto le sea momentánea y electoralmente rentable. Invito al Sr. Presidente y a su equipo de colaboradores a que desechen el odio que invade sus corazones y los prejuicios que contaminan sus mentes y dejando aflorar el amor que dicen tener para con el país y su gente, a que con el corazón abierto escuchen y sumen a todas y todos. Las razones ya las expuso y con una claridad contundente, Pepe Mujica.

Fuente de los Deseos: Ojalá el Sr Presidente López Obrador reflexione —y con él, el equipo que lo rodea y también sus seguidores— y cambien su actitud y discurso y dejen atrás el odio que parece los corroe y peor aún; el odio que siembran entre mexicanos.

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