Las acusaciones:

Que como Secretaria del Medio Ambiente, Claudia Sheinbaum hizo una adjudicación directa del proyecto de construcción del primer tramo del Segundo Piso “sin justificación legal”, y que el costo total de esta obra tuvo un sobreprecio de 141% —el cual tampoco estuvo justificado.

Que Sheinbaum cobró en el Conacyt, entre octubre de 2015 y abril de 2017, siendo ya delegada en Tlalpan, un estímulo mensual de 18 mil pesos, pese a que el reglamento de este órgano establece que ese tipo de entrega “deberá suspenderse cuando el investigador ocupe un cargo administrativo o de elección popular”.

Que al violar dicho reglamento, la ex delegada y hoy candidata de Morena al gobierno de la ciudad de México obtuvo “ingresos indebidos” por 333 mil pesos.

Que a pesar de conocer las irregularidades que había en el Colegio Rébsamen, y de confirmar incluso las faltas detectadas por el Invea, Sheinbaum no tomó medidas ni suspendió las actividades del establecimiento, lo que culminó con el fallecimiento de 19 niños y 7 adultos durante el sismo de septiembre pasado.

Que Sheinbaum clasificó como reservada la información de lo sucedido en el Rébsamen y en el Tec de Monterrey (donde murieron cinco alumnos), y que el mismo día en que fue citada a comparecer ante los diputados “pidió licencia al cargo y no asistió a la comparecencia”.

En una conferencia de prensa realizada ayer, Mikel Arriola, aspirante del PRI al gobierno capitalino, anunció que interpondrá dos denuncias administrativas contra Sheinbaum, y una denuncia penal “por obstaculizar trabajos referentes al esclarecimiento del colapso del Colegio Rébsamen”.

Esto ocurre un día después de que una medición realizada por el Análisis de Reputación Mediática de Actores, ARMA, en 35 canales de televisión, 35 diarios nacionales y 30 emisoras de radio, revelara que el candidato priista fue el que mayor cobertura mediática obtuvo el último mes.

El repunte de Arriola ocurrió luego de que este lanzara una serie de propuestas polémicas que buscan atraer el voto de los sectores conservadores de la capital que no se sienten identificados con Morena, ni con la alianza que abandera la perredista Alejandra Barrales (PAN-PRD-MC).

Los estrategas de Arriola aseguran que la capital del país no es tan progresista como solemos creer, y que un alto porcentaje de la población (alrededor de un 50%), repartido tanto en clases acomodadas como en sectores populares, no ve con buenos ojos el aborto, la legalización de la marihuana y la adopción homoparental, temas ante los cuales el abanderado priista ha mostrado rechazo.

Hace un mes, la misma medición reveló a Barrales como la candidata con mayor cobertura mediática positiva y a Sheinbaum como la aspirante con mayor número de menciones negativas.

Mikel Arriola ocupaba el tercer lugar –aunque era el único que carecía de impactos negativos.

Un mes después, el candidato del PRI obtuvo el mayor porcentaje de exposición (aunque un 10% de esa exposición fue negativa), y Barrales se desplomó al tercer sitio: entró en un desconcertante periodo de inactividad al término de la precampaña, que su equipo atribuye a un simple “periodo de planeación”.

Sheinbaum tuvo mayor presencia mediática que el mes anterior, pero pasó a ocupar el segundo lugar en la medición de impactos, y sus negativos crecieron 9%.

La candidata de Morena respondió de inmediato: comparó a Arriola con Goebbels, el ministro de Hitler (“que dijo que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”), sostuvo que los capitalinos quieren “una ciudad de derechos, no de mentiras”, y compartió documentos relacionados con el Segundo Piso, donde “se puede consultar el listado de contratos, montos y empresas que realizaron las obras”.

Publicó boletines de prensa, información sobre los inmuebles colapsados y el Plan de Reconstrucción que presentó ante los damnificados de Tlalpan, y recordó que lo del supuesto cobro indebido de estímulos quedó aclarado desde abril de 2017.

Lo sucedido ayer es el principio de la guerra que va a dar el PRI en la ciudad. Y su objetivo es Claudia Sheinbaum.

La radiografía presentada por el Análisis de Reputación Mediática demuestra que la campaña de Arriola ya empezó, y que la maquinaria se ha puesto en marcha.

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