Alfonso Durazo deja un país casi igual al que recibió, con poquitos menos muertos en proporción, con poquita menos violencia en comparación, pero, igual que antes, con mucha sangre, con el dolor de los sobrevivientes de las víctimas transformado en rabia, con la impotencia atorada en la garganta de quienes lo perdieron todo y solo recibieron labia, mentirosa verborrea, sucios pretextos, labia, casi idéntica a la otra labia, a la de los otros sexenios, a la de los otros políticos.

Durazo hereda promesas rotas, deja un país fracturado y con menos ilusiones de paz. Con todo eso, empero, muy probablemente gane la gubernatura en Sonora, se le cumpla el sueño y termine pensando que ese triunfo es un premio al desastre que dejó su gestión, a sus famosas inflexiones en la violencia que solo tradujeron en masacres… No, Durazo no es un hombre ingenuo, él sabe muy bien, supongo, que si gana Sonora no será un premio o un castigo, de hecho, él mismo es intrascendente, en Sonora ganará o perderá la 4T.

Y la 4T no es más que un pretexto, una plataforma pantomima de pluralidad frente al cada vez más peligrosamente autócrata presidente López Obrador.

¿Cuál es el nuevo policía que requiere la 4T, que requiere AMLO?, ojo, no es lo mismo, pese a la horda de fanáticos, AMLO que México…

El presidente necesita a un empleado, a un subordinado con gran disciplina: que sea un sabueso, un perro bravo o un falderillo dependiendo las circunstancias políticas y electorales.

México, por el contrario, necesita de alguien con los tamaños para plantarse al presidente y exigir el derecho al uso legítimo de la fuerza cuando sea necesario, alguien que deje atrás la política de abrazos y no balazos, alguien que sepa armar detenciones impecables que coloquen al sospechoso frente a la Fiscalía, no frente a su abuelita. México necesita un experto, no un político. México necesita un estratega, no un solovino.

Y el Ejército, que a final de cuentas es la Guardia Nacional y, de facto, la Secretaría de Seguridad, simplemente necesita a un soldado que sepa sonreír para los medios, un guiñapo, el Ejército necesita una marioneta, no más.

Ojalá que el presidente más votado de México no se convierta en el presidente con más votos de arrepentidos de México y, francamente, no por él ni por su 4T, sino por el país que parece enfilar hacia una tragedia social sin precedente en la historia reciente.

López Obrador desmanteló la Policía Federal y entregó todo el poder policiaco al Ejército, según él por “honestos” aunque el FBI y la DEA tengan otra opinión.

La estrategia de los militares no funcionó, tampoco la de los abrazos… ¿y si usamos el sentido común?, ¿y si buscamos la solución en la ciencia?, ¿y si vemos cómo salieron del infierno otras naciones?

¡Nah!, mejor vamos viendo otra película, ¿ahora qué rifamos?... Millones de mexicanos, la vida.

De Colofón.- Esa liga se va a romper, no falta mucho y cuando reviente, sus pedacitos azotarán con fuerza a los más desprotegidos, a los más marginados… Sí, primero a los pobres.

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