Periodista cultural.

Posverdad, palabra apenas adoptada en junio de 2017 como neologismo por la Real Academia Española, se define como “toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público”, tema tratado ante contertulios del Grupo María Cristina (06/04/2018) por la doctora Guillermina Baena Paz, a quien no veía desde los tiempos de la UNAM, cuando dictaba cátedra sobre técnicas de investigación y comunicación. Después de 34 años, es miembro de la World Future Society, la Association of Professional Futurists, de la World Futures Studies Federation (executive Board) y vicepresidenta para la región latinoamericana de la misma WFSF (www.wfsf.org), que es socio consultivo de la UNESCO y la ONU.

“Desde el 2003, en el seminario de estudios prospectivos —dijo Baena—, comemos, dormimos, pensamos prospectivamente… mañana, tarde y noche.” La prospectiva, registra Wikipedia, es la ciencia que estudia las causas técnicas, científicas, económicas y sociales que aceleran la evolución del mundo moderno y la previsión de situaciones que podrían derivarse de sus influencias conjugadas. Exponer todo lo dicho sería imposible en este espacio, por lo que sólo abordaremos la parte de las elecciones 2018.

Los efectos de estos comicios traerán a México desconfianza generalizada, abstencionismo, agudización en problemas sociales causados por el sismo, estrategias de marketing político, corrupción imperante por la impunidad, luchas electorales (el PRI a como dé lugar), posverdad en redes y estrategias mediáticas: trolls y fake news, principalmente.

En impactos el estudio registra movilizaciones sociales, crisis política de partidos e instituciones, injerencia del crimen organizado, creciente inseguridad, desprestigio al exterior, incompetencia en todos los niveles de decisión, situación económica agravada y problemas sociales y emocionales.

La rueda del futuro realizada en 2017 por la especialista registra consecuencias como menos empleo, más inseguridad (asaltos colectivos), falta de credibilidad política, deterioro económico, descontento popular, preocupaciones múltiples, injerencia de Estados Unidos, fallas graves del sistema de justicia penal, desórdenes mentales, psicosis, represión de la fuerza pública, autoritarismo gubernamental e inestabilidad política.

En cuanto a visibilidad del discurso desde la posverdad, predominarán rumores, redes sociales sin control, acciones no motivadas por la razón y emociones como forma de decisiones. También manipulación de la opinión pública. Los ciber ejércitos serán fenómeno global generalizado donde trolls, oficiales y oficiosos, serán implementados por burócratas, militares, partidos políticos, consultores, ciudadanos pagados y voluntarios, combinando anonimato, falsas identidades que harán de Facebook y Twitter herramientas de control social.

Estos trolls buscarán influir sobre corrientes de información y canales de comunicación para moldear la opinión pública por medio de operaciones psicológicas (blogs, videos, noticias falsas, fotos, memes), astroturfing (campañas de propaganda electoral o comercial que fingen espontaneidad), guerra de datos (infoxicación), sockpuppet (cuenta falsa en redes), interacciones negativas: abuso verbal, acoso, provocación a quienes critiquen al gobierno.

Usarán los ciber ejércitos regímenes autoritarios para campañas, y las democracias en acciones para públicos extranjeros, así como de partidos contra votantes locales.

Para 2024-2030, en infraestructura se espera un deterioro grave de servicios con la continuación de la reconstrucción por los sismos; cierta gobernanza en sociedad y una industria nacional fortalecida, pero también connatos de guerra civil. En inseguridad las megatendencias marcan protagonismo del crimen organizado y gestión de conflictos, sin políticas económicas claras. Éste fue el ejercicio de prospectiva presentado por la doctora Baena.

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