Cuando se creyó que la interacción hostil entre Corea del Norte y Estados Unidos por la desnuclearización del primero llegaba a su fin tras la reunión entre los mandatarios de ambos países en Singapur en junio del presente año, ahora, después de escasos siete meses, esta novela recobra vida. Antenoche, Kim Jong Un amenazó al gobierno estadounidense para retroceder en su ánimo de limitar el programa de armas nucleares norcoreano, acusando al Departamento de Estado de Estados Unidos de sabotear el acuerdo que tenía con Donald Trump. Aparentemente, ese “saboteo” se ve reflejado en las nuevas sanciones a funcionarios cercanos a él por violaciones de derechos humanos. ¿Qué significa lo ocurrido y qué podría pasar?

Las acciones realizadas por el gobierno estadounidense son críticas, ¿por qué? El líder norcoreano sentenció que los movimientos realizados por EU podrían “bloquear para siempre el camino hacia la desnuclearización de la península”. De entrada, estas consecuencias son no sólo lastimosas para Estados Unidos, sino críticas pues, considerando que tras varios meses de comunicación —que fue hostil en su totalidad— entre los dos mandatarios y de décadas de relaciones diplomáticas rotas entre ambos países, el hecho de que se lograra un acuerdo para limitar el programa de armas nucleares de Corea del Norte que por mucho tiempo se buscaba y se pueda perder es sin duda un retroceso, y principalmente, una derrota significativa en la administración de Trump que, dicho sea de paso, se encuentra muy golpeada ahora más que nunca.

Ahora, ¿por qué es tan crítica la situación? Poniéndonos en sus zapatos, si nuestro país lleva décadas en una relación diplomática muy limitada con tal país y que a pesar de ello alcanzamos un acuerdo nunca antes logrado por ninguna administración en nuestra historia para su desnuclearización, y después se cae, de entrada es un gran golpe y la situación es impactante, pero si a eso le adicionamos el componente indispensable de la negociación en este caso, la situación se vuelve crítica, ¿por qué? Corea del Norte no es el primer caso, Estados Unidos ha buscado la desnuclearización de varios países a lo largo del tiempo (URSS, Irán, etc.). En este panorama, no es lo mismo negociar un pacto de desnuclearización con un país como Irán —que de entrada hace rasposa y complicada la negociación por su religión y cultura— que con Corea del Norte, no por su religión ni cultura, pues es la misma que con Corea del Sur y con ellos Estados Unidos mantiene una relación muy buena, sino por quien es el que está negociando. No es lo mismo cuando al otro lado de la mesa se tiene negociando a un personaje como Kim Jong Un.

¿Qué se puede hacer en este escenario? Si bien puede ser cierto que a estos altos funcionarios norcoreanos se les impusieron nuevas sanciones por sus violaciones a los derechos humanos, y que fue correcta esta decisión, es importante tener en mente lo anterior: comprender con quién se está negociando. Kim Jong Un ha demostrado ser un líder explosivo, sin permitir acceso a asesorías o voces disidentes (como Trump o quizá aún más), por lo tanto, como se sugiere en las relaciones internacionales, se podría aceptar remover las sanciones a los oficiales norcoreanos como un “mal necesario” y así no perder el progreso del acuerdo de desnuclearización de Corea del Norte. No conviene obligar tajantemente a un personaje como Kim Jong Un sobre todo cuando se tiene un gran progreso, lo más indicado en este panorama sería apaciguarlo para salvar el acuerdo, de lo contrario esta novela se podría extender más de lo que muchos tanto en Estados Unidos como en el mundo quisieran.

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