Nuestro estado está catalogado como una entidad cuya sociedad es meramente conservadora, ello ha ocasionado que por mucho tiempo se haya postergado, se excluya, se esconda y no sea siquiera pronunciado el tema del aborto. Sin embargo hace una semana los legisladores queretanos anunciaron de manera muy sutil, que están dispuestos a debatir y analizar dicho tema.

El aborto y su legalización, es sin duda uno de los temas que más ha cimbrado a la sociedad mexicana a lo largo de los años. Ahora que el debate llega a nuestro estado, seguramente saldrán inmediatamente a la luz 3 posiciones: los que estamos a favor, los que están en contra y los oportunistas que seguramente aprovecharán para llevar agua a su molino político.

Permítaseme entonces dar mi humilde opinión respecto a este tema, que en lo particular considero urgente en la agenda de género con el fin de buscar puntualmente mejorar las condiciones de vida de las queretanas.

Debemos entender como sociedad que este es en especial un asunto de salud pública, pues los embarazos no deseados llevan a las mujeres a realizar abortos en condiciones de ilegalidad e insalubridad que pueden terminar con graves complicaciones de salud y hasta con la muerte, aunado a ello se trata también de un asunto de justicia social, ya que al ser legal y gratuito todas las mujeres sin importar el nivel socioeconómico podrán ejercer el derecho de decidir sobre sus cuerpos.

Ahora bien, otro punto fundamental que debe quedar claro es que el aborto no es un método anticonceptivo sino sólo un último recurso de ayuda para las mujeres y sus familias. Hay quienes creen que defienden la vida al oponerse al aborto; pero es exactamente al revés: defender la vida es permitir que un niño nazca solamente cuando es deseado y cuando será bien recibido. Defender la vida es hacer que las madres puedan elegir cuándo y cómo tener un hijo para poder hacerlo en las mejores condiciones para ambos.

En dado caso que se llegara a aprobar la legalización del aborto, esta acción deberá incluir toda una campaña de educación sexual para todas las personas, así como el acceso a métodos anticonceptivos, y la concientización de la importancia de la responsabilidad en materia de reproducción, como parte fundamental de la prevención de futuros abortos.

Cuando leía la noticia sobre el debate que abrirán nuestros legisladores, inmediatamente llamó mi atención la siguiente nota del periódico, la cual anunciaba a un clérigo posicionarse en contra de que el aborto sea siquiera debatido en la Cámara de Diputados local, bajo el argumento de que “el cuerpo de la mujer es el templo sagrado de Dios y por lo tanto no debe profanarse”. Bien, yo me pregunto: ¿hasta cuándo los señores de la Iglesia van a seguir tratando de incidir en temas relacionados con los derechos de las mujeres? En pleno siglo XXI aún la Iglesia pretende mantener sometida a la mujer bajo teorías misóginas; en pleno siglo XXI aún hombres, cubiertos por una envestidura teológica, tratan de limitar, coartar y juzgar —que es lo más grave— sobre la libertad de la mujer.

Considero que no puede existir mejor ocasión histórica para legislar a favor del aborto libre y gratuito. Por muchos años el aborto, en diversas legislaciones, ha sido abordado por los hombres dejando a un lado a quienes sufren y viven el problema, que somos justamente las mujeres. Hoy en día tenemos en el Congreso una mayoría femenina: espero, tengo esperanza y fe en que nuestras legisladoras podrán dejar a un lado los prejuicios y los tabúes y dar paso a una nueva era para el estado y sus mujeres en donde se garantice a plenitud nuestros derechos, pues como decía Simone de Beauvoir “El control de la natalidad y el aborto legal permitirían a la mujer asumir libremente sus maternidades”.

Oradora Nacional. Premio Estatal de la Juventud Querétaro 2013. @MadalyrmDavila

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