El 6 de noviembre los ciudadanos estadounidenses marcaron, a través del voto, el destino de los dos años restantes de la sinuosa administración presidencial de Donald Trump. De pasar a dirigir el país a voluntad prácticamente y sin tantas trabas, ahora el resultado de estas midterm elections le pondrán un candado a las propuestas y mociones que podría desarrollar en el tiempo restante de su presidencia. Por lo tanto, siendo un escenario poco prometedor para Trump, ¿por qué se ha manifestado tranquilo y hasta celebrando de cierta manera el apoyo a los republicanos y el resultado de estas elecciones?, y ¿qué significa realmente este resultado para Estados Unidos?

Desde el martes por la noche, Trump manifestó con gran júbilo los primeros resultados de las elecciones de mitad de periodo a pesar de que, por una parte, conocía que las predicciones relacionadas con la Casa de los Representantes se estaban cumpliendo, entonces, ¿por qué la celebración? La retención del Senado era algo ineludible en la meta de la actual administración si se esperaba seguir teniendo las vías de operación abiertas y el apoyo y protección política que ofrece esta “cámara alta”, por lo que esto fue un triunfo celebrado. Ahora, políticamente hablando, el hecho de que haya mostrado su gratitud por el apoyo hacia los republicanos era algo imprescindible, sobre todo cuando se es el líder del partido político, empero, en este sentido también era importante no mostrar ningún rastro de intranquilidad y zozobra a pesar de haber perdido la “cámara baja” a manos de sus rivales demócratas, pues habría significado un espacio de debilidad en su mandato, lo que por ninguna razón podía darse el lujo.

La celebración de Trump en estas elecciones obedece entonces a agradecer el apoyo recibido y no mostrarse débil, a pesar de los resultados contundentes. ¿Qué significa entonces realmente el resultado para su administración? La pérdida de la Cámara de los Representantes no es menor: el soporte político que esta cámara le ofrecía se complementaba con el del Senado para agilizar y ejecutar las propuestas y decisiones, respectivamente, que tomaba de manera unilateral, y además, la amalgama política que entre estas cámaras fabricaban le permitía estar protegido ante muchas cosas, entre ellas un impeachment, lo que era algo muy importante e imprescindible a raíz de que existen investigaciones graves en su contra. No obstante, a pesar de que para llevar a cabo un impeachment es necesario que al menos dos tercios de ambas cámaras lo soliciten, este escenario se vuelve un poco más probable en la actualidad.

Otra derrota que se lleva Trump es escapársele la posibilidad de agilizar la aprobación del nuevo acuerdo comercial de América del Norte: el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, que se encuentra en víspera de ser revisado por ambas cámaras para su mencionada aprobación. En este escenario, los intereses de los Demócratas se verán reflejados al momento de la presentación de este acuerdo en las cámaras, lo que muy probablemente significará una serie de reestructuraciones y modificaciones. Y por último, una derrota que para México y el mundo es una gran victoria, es la de que entre los demócratas que ganaron en su contienda existan personas con identificación latina, afroamericana, musulmana, nativa y asiática, lo que implica una pluralidad de visiones y por ende de participación proactiva dentro del mismo gobierno estadounidense que figure como un escudo frente a las ideas anti-inmigrantes, xenofóbicas, discriminantes y racistas de Trump, por lo que esa aprobación de financiamiento del muro en la frontera entre México y Estados Unidos se puede ir desvaneciendo, así como el apoyo político dirigido a él. Si el plan era una reelección en 2020, ahora sería un muy buen momento para corregir.

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