En días recientes la imagen del gobernador abordando uno de los autobuses de transporte colectivo en nuestra ciudad, fue una de las imágenes más comentadas en los medios masivos de comunicación así como en redes sociales. En las gráficas se veía a Pancho Domínguez, quien utilizando muletas subía sonriente a un autobús colectivo en perfectas condiciones, rodeado de usuarios felices con un conductor orgulloso y afable en su labor.

Acudamos a la memoria:

Durante el último trimestre del año pasado el gobierno del estado inauguró el nuevo proyecto de transporte colectivo en nuestra ciudad y área conurbada, se le nombró QroBus, para ello adquirió 222 camiones de origen chino a las armadoras: Yutong y Higer, con un costo de dos millones 200 mil pesos por cada una de las 22 unidades de 12 metros de largo y 1 millón 200 mil por cada uno de los camiones de 9 metros de largo, lo que daría un gasto total aproximado de más de 288 millones de pesos para la adquisición de estos nuevos camiones.

Este nuevo proyecto incluyó el rediseño de las rutas de transporte, lo que se hizo sin la voz de los usuarios y la implementación de prepago del servicio por tarjeta.

La realidad según números publicados en la página oficial del Instituto Queretano del Transporte: Para la prestación del servicio de transporte público, la Zona Metropolitana de Querétaro cuenta con 74 rutas, con un parque vehicular de mil 146 unidades; se calcula que el número de usuarios del transporte público llega a la cantidad de 593 mil personas en día hábil y de 440 mil en día sábado.

Cualquier usuario, en un día normal, tiene que enfrentar varias complicaciones antes de poder llegar a su destino. Una de ellas es el retraso en el servicio, lo que significa esperar su camión hasta más de 20 minutos. Otra de ellas es cuando los pasajeros son demasiados y difícilmente se puede subir al autobús ya no se diga encontrar un lugar cómodo para el trayecto. En muchas ocasiones la sobresaturación de las unidades impide que el operador se detenga porque ya no tiene espacio para subir a nadie más lo que significa seguir esperando otros 20 minutos para que pase la siguiente ruta con el mismo destino; mientras esto sucede los desesperados usuarios miran pasar otros camiones con otras rutas casi totalmente vacíos, lo que indica una pésima planeación en las rutas establecidas. En el paisaje diario de nuestra histórica ciudad es común ver a muchísimos habitantes en las paradas de camiones con cara de hartazgo y enojo esperando el próximo camión con la esperanza de que ese sí pueda ser abordado.

La pregunta que habría que hacerle al señor gobernador, ¿usted tuvo que esperar a que pasara la ruta que lo conduciría a su destino?, ¿Cuándo hizo la parada se detuvo totalmente la unidad y le dio tiempo a subirse ya que usted tiene muletas? o le sucedió como le sucede a muchísima gente, ni siquiera pudo subirse porque no le hicieron la parada por tener una dificultad motriz; ¿tal vez tuvo que discutir algunos minutos con el chofer porque él insistió en que su tarjeta de prepago no cuenta con saldo suficiente mientras usted le aseguró que el día anterior depositó lo necesario para tener derecho a ese viaje?, ¿o tuvo que empujar o sufrió empujones para tener un lugar en el camión?.

Ese ejercicio señor gobernador, indica la necesidad de generar empatía con la ciudadanía, deja ver la urgencia por recuperar espacios perdidos después del proceso electoral del 1 de julio, sin embargo la mejor forma de hacerlo es realizando una política incluyente, horizontal, transparente y honesta, que en el caso del transporte colectivo en Querétaro atraviesa por la mejora sustancial del servicio y por la transparencia en el uso del recurso público empleado en él, de otra manera todo esto no deja de ser una pose.

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