Por fin terminaron estos cuatro largos y tortuosos meses de mediocridad para los Gallos Blancos, que ‘pasará a la historia’ como uno de los peores planteles de los que se tengan memoria, incluyendo, por supuesto, a los de pantalones cortos y –sobre todo- largos. Un torneo en el que se dieron doce derrotas en diecisiete jornadas, incluyendo números pésimos en todos los ámbitos que también derivaron en no conseguir sumar un solo punto como visitantes.

Al margen de confirmarse una vez más la falta de capacidad, compromiso y profesionalismo en muchas áreas de las llamadas estratégicas y directivas de la institución, la mayoría de los futbolistas en este último proceso han demostrado un valemadrismo y falta de respeto total a su profesión y a esta fiel afición queretana. El claro ejemplo, no es sólo en el primer equipo, es el fracaso en todas las categorías, lo que demuestra que tendrían que venir muchos cambios de raíz en los personajes que realizan el trabajo y planeación en el futbol de cancha. Por lo pronto el siguiente torneo se iniciará en el fondo de la tabla porcentual, lo que, a todas luces, es el resultado de un pésimo desempeño directivo.

El cuerpo técnico encabezado por Víctor Manuel Vucetich —que termina su contrato en diciembre— tendrá que hacer una limpia casi total, un análisis de quiénes son los pocos elementos que merecerían continuar con el equipo plumífero y también analizar qué se puede traer, con base en el presupuesto económico que estén dispuestos a ofrecer los propietarios.

Al margen de que en este momento hay muy poco que agregar, vaya que es incierto lo que sucederá en este receso veraniego, en el que las señales de un cambio y/o mejoría son muy débiles, debido a la ya mencionada falta de capacidad profesional en los escritorios del club queretano.

La Frase. “La única forma de ser exitoso es unificando a los jugadores desde el amateurismo. Hay que tratar de encasillarles en el amor a la camiseta desde el goce, no desde la obligación”, Jorge Sampaoli.

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