Miguel Ángel Mancera llegó a la jefatura de gobierno del entonces gobierno del Distrito Federal con más de 60 por ciento de la votación de los electores. Una cifra jamás alcanzada por ningún candidato. Integró a su equipo pensando que podría hacer una gestión fuera de serie. A los pocos meses acusó a quien lo protegió de hacer una labor poco afortunada en la línea 12 del Metro, Marcelo Ebrard. Es decir, quiso distanciarse de su antecesor. Lo mismo hizo con Andrés Manuel López Obrador, a quien le debía parte de sus ascensos.

A Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz los integró en una tarea que le beneficiaba: las relaciones internacionales con el ingeniero y la constitución de la Ciudad de México con el hombre que ha luchado por hacer nuevas leyes para los momentos que estamos viviendo.

Pero Migue Ángel Mancera jamás se pudo distanciar de tres individuos: el ineficiente Manuel Granados, hoy presidente del PRD; su operador político y espía de siempre, Héctor Serrano, y los hermanos Serna (Julio y Luis), a quienes dotó de todos los elementos para hacer lo que les viniera en gana en una administración que es muy complicada por sus tareas cotidianas.

Tenía, además, un pendiente que se le fue colgando y no pudo superar, su relación con Alejandra Barrales, a quien la hizo compañera sentimental. Aunque después se distancia de ella. Ella es hoy la candidata de la coalición del PRD- PAN- MC al gobierno de esta capital, sometida a los juegos de los cárteles, aunque se diga que ello es falso (ver el reciente operativo en Tepito).

Luego que fue dejado fuera de la jugada presidencial por el zorro político de Ricardo Anaya, Mancera busca ahora una senaduría, no porque le satisfaga, más bien para tratar de conseguir fuero, ya que los problemas en los que está metida la capital del país son tremendos: una violencia incalculable, desabasto de agua que ha traído movilizaciones sociales en diferentes colonias, una reconstrucción que no arranca a los cinco meses del temblor del 19 de septiembre de 2017 y diversos conflictos: desde el transporte hasta el ambulantaje pasando por el asalto a restaurantes en toda la capital.

Vayamos a la reconstrucción de la Ciudad de México.

El encargado del proyecto, quien está cercano al grupo de Rolando Cordera y José Woldenberg, Ricardo Becerra, renunció porque los asambleístas: Jorge Romero, Leonel Luan y Mauricio Toledo se autoasignaron como manejar los más de siete mil quinientos de pesos, que deberían asignarse a que los damnificados puedan tener condiciones dignas.

Una parte de esos dineros, según informaciones, se canalizarán a la delegación Coyoacán, para las adquisiciones de computadoras, enseres, chamarras y otros artículos con el fin de que se compre el voto de los ciudadanos de la mencionada demarcación. Es decir, el señor Toledo usó recursos que estaban dedicados a quienes sufrieron daños severos – en el condómino Tlalpan han muerto nueve ancianos por afectaciones del clima, ya que no pudieron soportar el pasado invierno terrible-, algo que es un crimen más de aquellos que únicamente les importa seguir manipulando la política a su beneficio.

Frete a ese panorama, Mancera ha sido omiso. Y ahora que casi se va, manda un escrito para rectificar a los encargados de un presupuesto que está formado por recursos públicos y privados, para que no se utilice de manera facciosa. Asunto en el cual jamás puso atención.

Tanto que el encargado Becerra, ya rompió amablemente con Manera. También renunciaron los miembros del comité ciudadano: Mauricio Merino, Katia D Artigues y Fernando Tudela.

Ahora, Migue Ángel dice que se debe hacer una reconstrucción transparente: ¡cinco meses después del temblor del 19 de septiembre! Mancera ha dejado crecer la inseguridad en Ciudad de México, auspiciado un desarrollo inmobiliario de compadres y depredador- sus negocios con grupos de interés son evidentes según el portal La Silla Rota- y ha protegido a personajes nefastos como Héctor Serrano, quien será diputado igual que su hijo, algo fuera de serie. En fin, Mancera se va para intentar una senaduría en las listas del PAN- aunque ha sido impugnada su inclusión por el ex presidente del albiazul, Gustavo Madero-, pero quedará su imagen como la del peor gobernante de esta megalópolis en más de un cuarto de siglo.

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