El 23 de abril de 2021 México se conmovió con el feminicidio de Montserrat Bendimes, una joven veracruzana a quien su pareja Marlon “N” golpeó causándole heridas mortales. La indignación social y la rabia que causó la brutalidad del suceso creció cuando se hizo de dominio público que el presunto agresor huyó con ayuda de sus padres y estuvo más de un año prófugo de la justicia.

Todos los feminicidios por sí solos son actos terribles y deleznables, pero se vuelven aún más dolorosos e indignantes cuando no existe justicia, materializada en la detención, proceso y sanción del responsable, en la reparación del daño para la víctima y sus familiares, así como en la concientización social para garantizar que un acto similar no vuelva a ocurrir. El caso del feminicidio de Montserrat es un ejemplo de cientos de casos más en los que, desafortunadamente, existe impunidad.

La impunidad se compone por diversas causas y factores. Durante muchos años hemos trabajado por atender las causas institucionales mediante el fortalecimiento del Sistema de Justicia Penal y de las instituciones de procuración de justicia. Sin embargo, aún existen muchas áreas de oportunidad que debemos atender y otros factores que se deben considerar.

En el caso del feminicidio de Monserrat Bendimes, la Fiscalía del Estado de Veracruz imputó a los padres del presunto agresor Marlon “N” por complicidad en el feminicidio. No obstante, es claro que en este caso también se actualizó el delito de encubrimiento, ya que ellos facilitaron el ocultamiento del responsable y se negaron a colaborar con las autoridades cuando fueron requeridos para ello.

Actualmente el Código Penal Federal y los Códigos Penales de diversos estados contemplan la posibilidad de excusar del delito de encubrimiento a quienes son familiares, pareja o personas de confianza de un presunto delincuente. Esta excepción se funda en la protección de la confianza, aunque es muy evidente que frente a casos de delitos como el feminicidio o el homicidio, no existe ninguna razón para impedir el acceso a la justicia de las víctimas.

Por ello, en atención a las propuestas que presentó el ministro Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para prevenir, investigar, sancionar y reparar integralmente el daño en casos de feminicidio, presenté una iniciativa para impulsar una reforma integral en la materia. Como presidente de la Comisión de Justicia impulsé que en este proceso de dictaminación también se incorporara una reforma para que ya no existan excepciones para el delito de encubrimiento cuando se trate de los delitos de feminicidio u homicidio.

Estoy convencido que no hay ninguna justificación para retardar la acción de la justicia. Los criminales deben entender que a quien cometa el terrible delito de feminicidio se le sancionará con todo el peso de la ley. En memoria de Montserrat y de miles de mujeres que aún aguardan por justicia, seguiremos impulsando las reformas que garanticen la vida y la integridad de las mujeres de México.

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