Un fantasma recorre la elección de rector (o rectora, según sean los resultados), es el fantasma del presupuesto. Disculpe lector que haya parafraseado la multicitada entrada de El Manifiesto Comunista, de Marx y Engels, pero de botepronto no encontré mejor idea para empezar a articular las ideas que se expondrán a continuación.

Parto de la lógica que desde cómo se distribuye el presupuesto se ven reflejadas las afinidades y prioridades de cada administración. Si en realidad se interesa por apoyar un proyecto, en el presupuesto que se le asigna se verá reflejado. Parafraseando un viejo clásico de la política mexicana: apoyo que no se refleja en el presupuesto, es pura demagogia.

Durante los últimos años, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) ha tenido que luchar contra un presupuesto exiguo y promesas gubernamentales que no fueron cumplidas.

Primero el gobernador priísta José Calzada Rovirosa prometió que iba a duplicar el apoyo a la UAQ. Eso lo dijo al calor de la campaña y ya en la reflexión del gobierno tuvo que desdecirse de sus palabras. Todo el apoyo nunca llegó.

Lo mismo sucedió con el actual gobernador. No se cansa de decir que será el gobernador que más apoyará a la UAQ, incluso superando el apoyo que el gobernador Juventino Castro Sánchez, abuelo de su esposa Karina Castro y recordado porque en su gestión se donó a la Universidad el terreno de lo que hoy es Centro Universitario.

Sin embargo, las cuentas del presupuesto no cuadraron. Mientras para el gobierno estatal lo que se daba superaba el 10 por ciento, para la UAQ eso no coincidía porque se sumaba lo de obra con presupuesto directo, el cual daba una cifra menor.

Desde entonces comenzó un diferendo que aún no se supera. Un enfrentamiento entre gobierno estatal y la rectoría que ha tenido la histórica Plaza de Armas como escenario al ser testigo primero de una manifestación de los universitarios y posteriormente la realización del informe de actividades del rector Herrera en donde prometió que si se le daba el presupuesto prometido a la UAQ, éste no se postularía a cargo de elección popular alguno.

La UAQ ha crecido durante los últimos años. Muchos jóvenes quedan fuera de la educación universitaria porque la UAQ no tiene la infraestructura para poder recibirlos.

Desde hace tiempo varias voces universitarias han exigido que se institucionalice el presupuesto. Esto es que se asigne un porcentaje definitivo y que la asignación no dependa de los vaivenes de los gobernantes.

Esto tendría la ventaja de que sin importar quien esté al frente del poder Ejecutivo, la Universidad siempre recibirá un porcentaje fijo de presupuesto estatal por ley.

Claro, a los actores políticos no les conviene esa vía porque pierden un mecanismo de control sobre la Universidad el cual es, como ya hemos mencionado, el presupuesto.

Ante esta disyuntiva, la idea de exigir al gobierno estatal encabezado por Francisco Domínguez, algunos consejeros universitarios estudiantes han propuesto la campaña “Yo X la UAQ”, en donde piden a la comunidad universitaria que firme para que exigir a los diputados locales de todas la fracciones que aprueben una iniciativa en donde se establezca que un tres por ciento del presupuesto estatal sea asignado a la Universidad Autónoma de Querétaro. Dicha petición se le extiende al gobernador Francisco Domínguez.

Y mencionaba que este fantasma del presupuesto recorre la elección porque es un tema que los aspirantes a la rectoría han tenido que exponer en las diferentes presentaciones que han hecho en las facultades.

La elección sigue su curso y hasta el momento transcurre acompañada de concordia. Esperemos que para la recta final siga en el mismo tenor.

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