Sí, el Ejército mexicano sí sabía todo lo que sucedía en la infausta noche de Iguala de aquel 26 de septiembre de 2014. 
Sí, también sabía todo (pero todo, ¿eh?) lo que ocurría en ese municipio la madrugada del 27 de septiembre, y en los vecinos ayuntamientos de Coyuca y Huitzuco de los Figueroa.

¿Por qué lo sé? Porque tuve la oportunidad de reportearlo, documentarlo, y el 26 de enero de 2015, cuatro meses después de la tragedia de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, publiqué las bitácoras militares de aquella espantosa noche, enriquecidas con testimonios de soldados y civiles.

¿Qué se asentaba en las bitácoras, en los partes del Ejército? Lo que hicieron los soldados del 27 Batallón de Infantería, paso a paso, cada hora, muchas veces cada minuto. De acuerdo con información a la que tuve acceso, los militares estaban al tanto de lo que estaba aconteciendo, es decir, de las agresiones a balazos contra los jóvenes normalistas, ya que la mayor parte de éstas ocurrió a una distancia de dos kilómetros en línea recta del cuartel, y había soldados desplegados en las calles que se percataron de lo que ocurría.

Al comienzo de los acontecimientos, el entonces secretario de Seguridad Pública del municipio, Felipe Flores, mintió a los mandos militares: vía telefónica dijo que no tenía conocimiento de ningún incidente con estudiantes de Ayotzinapa, y a pregunta expresa del comandante del Batallón, José Rodríguez Pérez, negó que él o sus hombres hubieran detenido normalistas. Luego se documentó que sus policías, otros de Cocula y unos más de Huitzuco, capturaron a los estudiantes y los entregaron a criminales del cártel Guerreros Unidos.

El gobierno de Guerrero  se negó a intervenir cuando los hechos ya estaban en desarrollo, de acuerdo con una conversación telefónica que sostuvo el mismo comandante militar con José Adame Bautista, coordinador operativo de la Policía Estatal en la zona norte, a la cual pertenece Iguala.

¿Por qué el Ejército sabía no intervino? Porque en las balaceras se hubiera tenido que poner del lado de la autoridad legal y constitucionalmente establecida, que en ese caso eran los policías agresores de los estudiantes.

¿Por qué  se desplegaron en las calles varios elementos militares sin intervenir, incluidos dos de ellos vestidos de civil para pasar información de “inteligencia”? Lo hicieron ante denuncias ciudadanas, las cuales alertaban sobre la “agresión de gente armada contra civiles”, según me argumentaron en ese entonces.

En el 27 Batallón de Infantería de Iguala sí supieron  que policías municipales agredieron a estudiantes de Ayotzinapa, que detuvieron a un número indeterminado de jóvenes  que éstos fueron trasladados a varios puntos en camionetas policiales, y que los entregaron a civiles armados.

El cuartel de Iguala reportó los hechos a su “superioridad” en Chilpancingo, Chilpancingo a la “superioridad” en la Defensa Nacional de Ciudad de México, y ésta informó al presidente Enrique Peña Nieto muy temprano en la mañana del sábado 27 de septiembre de 2014, según declararon.

Siempre, hasta hoy, había escrito que el Estado no desapareció a los estudiantes, porque no había indicio del involucramiento del gobierno federal en tal crimen, pero sí fue, a través del Ejército, notoriamente omiso ante los excesos de otros cuerpos de seguridad (los municipales) que  también formaban parte… del Estado mexicano.

Hoy, luego de los videos de los marinos en el basurero de Cocula, ya tengo dudas. ¿Usted no?

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