Ser o no ser, he ahí la cuestión. Esta  reflexión escrita por William Shakespeare en el monólogo de Hamlet parece ser la frase que Ricardo Anaya debe estar pensando en todo momento, aunque muchos podrán decir que él no tiene ninguna duda de querer ser, ya olió la sangre y como si fuera un tiburón, no va a soltar la oportunidad, pero vale el análisis de que pasaría si se empeña demasiado y llega a ser el abanderado. Esto seguramente haría un socavón en el Frente Ciudadano, ya que podría obligar a la salida de varios, por ejemplo Rafael Moreno Valle podría ser candidato del Panal, Miguel Ángel Mancera se llevaría a un grupo de militantes del PRD, seguramente, y todo esto debilitaría mucho la fuerza electoral del Frente Ciudadano, lo que podría alejarlos del objetivo buscado.

Entonces, la pregunta puede ser: ¿quién de los suspirantes sería el que menos daño la causaría al Frente? Considero que esa cuestión es importante, aunque posiblemente no sea planteada al momento de elegir. Ricardo Anaya y Alejandra Barrales deberán de hacer mucho trabajo político si quieren imponer sus candidaturas. La pregunta es qué monedas de cambio pueden utilizar para esta negociación. Los días por venir no serán nada sencillos. Si me preguntan mi opinión, creo que los panistas no votarían por alguien que no sea de su partido y posiblemente Rafael Moreno Valle sea el que menos erosione al Frente, pues él llegó a la gubernatura de Puebla por medio de una alianza con el PRD, así que esto no sería nuevo para el poblano.

Por el otro lado, el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto, de que no se despisten, siento que fue más de forma que de fondo, simplemente para recordar que la decisión saldrá de Los Pinos y en el tiempo que ahí se decida, no creo que signifique que el candidato no sea José Antonio Meade, simplemente se señaló que la forma será otra.

Claro que esto no se acaba hasta que se acaba, como decía Yogui Berra y puede ser otro el candidato, pero me da la impresión de que toda la estrategia que ha seguido el PRI, aprovechando la salida de Margarita Zavala del PAN, los candidatos independientes y todo eso está encaminada para que el todavía secretario de Hacienda sea el abanderado tricolor, lo cual les daría una oportunidad real de triunfo. Pero para saber quién será, sólo es cuestión de días. En esta semana,  se anunciará la salida del gabinete del elegido y se registrará. Pareciera que tendría de oponente en la contienda interna a la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, con quien podrán salir a medios y aprovechar la exposición.

Mientras tanto en Querétaro, todos esperan las señales de quien será su candidato y de ahí se desgranarán las designaciones. Por lo pronto, los suspirantes tienen como objetivo mejorar su imagen, no sólo aumentando los puntos positivos y su popularidad, sino también reduciendo los puntos negativos.

En ese camino, el alcalde capitalino, Marcos Aguilar, está trabajando, pues es uno de los candidatos potenciales a la presidencia municipal, vía la reelección. Él es quien tiene más popularidad, pero también quien cuenta con más votos en contra.

Las acciones que está tomando buscan mejorar esos negativos, como es el pago de la deuda. Independientemente del detalle fino, creo que mediáticamente le va a ayudar. Sabe que de repetir en el puesto, podrá cosechar los resultados de muchas de las acciones que emprendió, además de que su equipo tendrá más experiencia y así poder aspirar, en 2021, a la Casa de la Corregidora, no por el camino que había pensado inicialmente, que era la senaduría, sino por este lado. No cabe duda que la política es de circunstancias.

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