El desmemoriado economista Zedillo | Querétaro

El desmemoriado economista Zedillo

Ángel Balderas

Se acaba de llevar a cabo, en Madrid, el Foro Internacional "20 años de FIL: Democracia y Libertad" organizado por la “Fundación Internacional para la Libertad” que preside el escritor derechista peruano Mario Vargas Llosa. En esta ocasión tuvieron como invitados a dos ex presidentes de México, Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, los que de manera cínica fueron a pontificar sobre libertad, democracia, economía y populismo, entre otras cosas.

Ernesto Zedillo, queriendo criticar al actual gobierno de la 4T, señaló que el populismo latinoamericano tiene como común denominador el culpar al pasado y al extranjero ("al otro") de los problemas actuales de su país, sin buscar reconocer la responsabilidad de sus administraciones.

Es extremo el cinismo de Zedillo. Habla como si no tuviera cola que le pisen, pues apenas tomando posesión como presidente de la república cometió el famoso y trágico “error de diciembre” con el que justamente le echó la culpa a la administración anterior de Salinas de Gortari de que le había dejado la economía “prendida con alfileres”. Es decir, Zedillo hizo exactamente lo que ahora critica: echarle la culpa al pasado, al otro.

En todo caso, si Salinas dejó una economía tan maltrecha, Zedillo fue espectador silencioso y más bien cómplice del manejo de la economía de su correligionario, pues fue ni más ni menos que secretario de Programación y Presupuesto del gobierno que le dejó la economía “prendida con alfileres”.

Zedillo, efectivamente era economista, con doctorado en ciencias económicas por la universidad de Yale, pero usó sus conocimientos económicos para favorecer a unos cuantos.

En vez de andar tratando de dar consejos, nos debería explicar porque nos heredó la deuda inmensa del Fobaproa, de la cual hemos pagado ya más de un billón de pesos y de la cual aún debemos otro billón. El Fobaproa, la transformación “mágica” del economista Zedillo de la deuda privada de unos cuantos, sus amigos, sus cómplices en una deuda pública que nos ha costado, en promedio, más de 50 mil millones de pesos anuales desde 1988 y hasta la actualidad.

Ese dinero que ha ido al barril sin fondo del Fobaproa es dinero que no se ha usado en educación, en salud, en infraestructura. Así que Zedillo mejor debería quedarse callado y no andar tratando de dar consejos pues sólo este hecho, el Fobaproa, nos muestra lo pésimo economista que fue para la nación y para las actuales generaciones. 

Académico de la UAQ. [email protected]

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