Como si fuera día de los inocentes, se dio conocer esta semana la idea transformada en propuesta de desaparecer el ascenso y el descenso.

El planteamiento será analizado por el Comité de Desarrollo Deportivo de la Liga MX. El tema está en la mesa y, de aprobarse, cambiaría el rumbo y objetivos del futbol mexicano.

Este rumor me ha llevado a reflexionar sobre lo inestable que puede llegar a ser el balompié azteca, las reglas pueden cambiar drásticamente de un torneo a otro sin tocarse el corazón, al fin de cuentas cada equipo está respaldado por un cúmulo de inversionistas que ven en el futbol una vía de negocio.

En Querétaro lo hemos vivido, sufrido y agradecido en carne propia, me refiero a que a Gallos Blancos le ha tocado ser afectado severamente por la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) al grado de orillarlo al descenso, nos han tocado nuevos propietarios que de la noche a la mañana deciden cambiar los colores de la institución y también hemos sido testigos de aquellas veces que virtualmente estaba el equipo sin lugar en Primera División y llegaron otros inversionistas a rescatar la plaza.

Esta es la realidad del futbol mexicano, una versión en la que lo deportivo pasa a segundo término, en donde  gente de pantalón largo busca tener partidos de la Selección Mexicana en Estados Unidos contra rivales “moleros” para beneficios económicos, en donde representantes acomodan jugadores por doquier y en donde sin avisos previos  te puedes quedar sin franquicia.
No todo está escrito, aún las voces de los sueños y representantes de los equipos de Ascenso pueden tomar fuerza. Por el bien del futbol mexicano esperemos que esta iniciativa no se aprueba, ya que fomentaría la mediocridad en la competencia.

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