Alrededor de las catorce horas con cuarenta y cinco minutos del pasado 24 de diciembre, los medios de comunicación empezaban a especular sobre el posible colapso del helicóptero en el que viajaban el senador Rafael Moreno Valle y la gobernadora de Puebla Martha Erika Alonso. Minutos después la noticia fue confirmada, ambos fallecieron en el colapso de la aeronave que los trasladaría a la Ciudad de México.

Moreno Valle se había desempeñado durante el primer período de sesiones de la LXIV Legislatura como coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en el Senado de la República. El reto no era menor, se trataba de la cabeza de la segunda fuerza política en ese órgano legislativo. En pocas semanas se hizo notar como un claro disidente de la mayoría que impera en el Congreso de la Unión.

Comprendió rápidamente que, sin el apoyo de los partidos opositores, Morena no lograría las reformas constitucionales de su agenda; que tenía las firmas suficientes para activar los medios de control constitucional sobre aquellas leyes que se emitan en contravención a la norma fundamental; y que aquellos cargos de servidores públicos propuestos por el presidente de la República que debieran ser designados por las dos terceras partes del Senado requerían un consenso entre las fuerzas políticas presentes.

Durante las últimas seis semanas del año recién concluido, logró formar una oposición notable con los coordinadores de las bancadas disidentes: Miguel Ángel Osorio Chong —PRI—, Miguel Ángel Mancera —PRD—, Dante Delgado Rannauro —Movimiento Ciudadano— y Emilio Álvarez Icaza —independiente—. Todos participaron en la presentación de tres acciones de inconstitucionalidad, una en contra de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, y dos en contra de los decretos por los que se reformó la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

Otro ejemplo del poder de la oposición sucedió en la sesión del 22 de diciembre, al elegir a quien ocuparía el cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En una primera votación revelaban que, sin un consenso, la terna podría ser descalificada y el presidente tendría que enviar una nueva para elegir al sucesor.

Aún es pronto para emitir un juicio o calificar el papel de la oposición en el Senado durante la presente legislatura. Su segundo período ordinario de sesiones inicia la primera semana de febrero, por lo que seguramente en los próximos días tendremos noticias de Marko Cortés, quien como presidente del partido tiene la facultad de designar quién ocupará el cargo como coordinador de la facción de Acción Nacional de manera definitiva en ese órgano.

Es importante que quien sea designado tenga la agilidad suficiente para comprender su posición como cabeza de una oposición que trasciende su bancada. Que los dirigentes en el Senado de los demás partidos disidentes habían confiado en Moreno Valle decisiones fundamentales para hacer frente a la mayoría que impera en el Poder Legislativo.

La responsabilidad de quien llegue es grande, al igual que la oportunidad de que en el Senado se conciba una oposición sólida, prudente, consciente de las batallas que debe elegir combatir y aquellas en las que vale la pena consensar. Las herramientas para vencer el desafío están en la mesa, ahora se necesita un líder con la templanza y experiencia para utilizarlas.

Por mi parte, aprovecho el espacio para enviar mis condolencias a los familiares y amigos de las cinco personas que perdieron la vida en el fatal accidente: Rafael Moreno Valle, Martha Erika Alonso Hidalgo, Héctor Baltazar Mendoza, Marco Antonio Tavera Romero y Roberto Coppe Obregón. Descansen en paz.

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