La explosiva iniciativa para reformar la Ley del Banco de México y obligarlo a comprar dólares excedentes del mercado cambiario, que puso en jaque al sistema financiero del país y prendió las alertas no sólo del banco central mexicano sino también de la Reserva Federal de los Estados Unidos, es una bomba que aún no está del todo desactivada. La Cámara de Diputados discutirá en el actual periodo de sesiones si aprueba o no las polémicas modificaciones legales propuestas por el senador Ricardo Monreal, aprobadas ya por el Senado de la República, y aunque, desde adentro del gabinete económico federal, hay toda una operación en marcha para tratar de anular la controvertida iniciativa y que sea enviada a la “congeladora legislativa”, el reloj que marca la cuenta regresiva de esa bomba que activaron los senadores de Morena, aún no se detiene.

A la cabeza del equipo de “desactivación” de la bomba legislativa contra el Banxico está el mismísimo secretario de Hacienda, Arturo Herrera, quien desde diciembre del año pasado comenzó a operar para tratar de revertir esta propuesta que causaría un gran daño al sistema financiero del país y colocaría al Banco de México en riesgo de cometer “lavado de dinero”, al obligarlo a comprar dólares en efectivo que no pudieron exportar algunos bancos, lo que incluso comprometería las reservas nacionales de México que podrían ser objeto de cuestionamientos y denuncias por sospechas de lavado, por parte del Gobierno estadounidense y la Reserva Federal de ese país.

De acuerdo con fuentes directas de Palacio Nacional, el intento de dinamitar la confianza y la estabilidad del Banco de México comenzó cuando un empresario, dueño de un banco que ha tenido problemas para enviar los dólares que capta a Estados Unidos, acudió a Palacio Nacional y le vendió a López Obrador un cuento triste de que “a las personas más pobres de este país las estaban afectando y discriminando con sus dólares que recibían a veces de sus paisanos en Estados Unidos en efectivo y otra veces a meseros, taxistas y empleados del sector turístico, pues los bancos les negaban cambiar sus dólares porque el Banco de México se negaba a aceptar esos dólares”. La historia del banquero indignó al presidente cuando le mencionó que era la gente más pobre la que se veía afectada por esas disposiciones y cuando preguntó por qué se negaban en Banxico a recibir esos dólares, la respuesta del empresario enojó aún más al mandatario: “No los quieren aceptar en el Banco de México por agachados con la Reserva Federal de Estados Unidos, a la que le rinden cuentas”.

Las fuentes consultadas narran que en ese momento el presidente montó en cólera ante el relato de su invitado y de inmediato llamó al líder del Senado, Ricardo Monreal, para ordenarle que presentaran una iniciativa que obligara al Banco de México a recibir los dólares en efectivo de los mexicanos más pobres que no podían cambiar sus dólares por las rígidas disposiciones del banco central. El resto de la historia ya es de todos conocido: Monreal, que ha sido el operador de tantas iniciativas que se le ocurren al presidente, vio en esta de paso un tema redituable por tratarse de un empresario poderoso quien se la había pedido al presidente y no dudó en poner a trabajar a sus asesores en la redacción de la propuesta de reformas que después sería presentada y rápidamente votada por la mayoría de Morena en el Senado, con algunos votos de la oposición, para darle gusto al presidente y a su amigo el empresario.

Así fue que estalló la bomba cuando la primera observación llegó desde Washington con una alerta de la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que encendió también las alarmas en el Banco de México y el sector financiero, con declaraciones de los integrantes de la Junta de Gobierno, desde el gobernador Alejandro Díaz de León, hasta los consejeros propuestos por el propio gobierno de López Obrador, Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, quienes alertaron del enorme riesgo que significaba la iniciativa de Monreal, no sólo para el banco central, al que ponían en riesgo de “lavar dinero” de origen incierto, sino para la estabilidad del país, ante una posible investigación desde Estados Unidos por sospechas de dinero ilegal en las Reservas Internacionales del país administradas por el Banxico.

Hoy desde el gabinete económico hubo varias voces que le explicaron al presidente que la realidad de los dólares en efectivo no era como se la había contado el empresario, que no había tal afectación a la gente más pobre y que la mayor parte del dinero que enviaban los paisanos, el 99% de los envíos, que en 2020 llegaron a 40 mil millones de dólares (dos veces las exportaciones petroleras de Pemex en el mismo año), llegaban al país a través de transferencias electrónicas o digitales, por lo que sólo un 1% de las remesas llegaría en efectivo. Varios de sus colaboradores del área económica le presentaron gráficas detalladas a López Obrador para decirle que ningún banco de los que operan en México tenía problemas con los dólares que recibía porque todos los enviaban de manera correcta a sus corresponsales extranjeros y que sólo un banco, justo el de su amigo el empresario que lo había convencido, había tenido un problema con el banco de Estados Unidos que era su corresponsalía y como no le pudieron seguir recibiendo los dólares que captaba, había acumulado hasta 100 millones de dólares que no podía mover y que esa era la verdadera razón por la que quería que se obligara al Banco de México a comprárselos.

Para cuando convencieron al presidente de los efectos negativos de la iniciativa que había ordenado y de que la realidad de los dólares en efectivo no era como se la habían vendido provocando su indignación, el Senado ya estaba votando y aprobando la polémica iniciativa de ley y de esa manera Ricardo Monreal se lavaba las manos y dejaba el tema en la Cámara de Diputados,reconociendo incluso que se tenían que escuchar todas las voces y hacer ejercicios de parlamento abierto. En San Lázaro, que ya habían visto la explosividad de la bomba, prefirieron guardarla por las fiestas decembrinas y trataron de enfriar el artefacto legislativo mandándola al actual periodo de sesiones que empezó justo el pasado lunes.

En la Secretaría de Hacienda hoy se afirma que el tema no va a transitar y que la bomba está desactivada en más de un 80%, incluso con propuestas que le presentaron al presidente para que los bancos creen mecanismos para aceptar y absorber también el pequeño mercado de dólares en efectivo que se genera en la industria turística, para darles a los trabajadores y empleados que reciben dólares del turismo opciones seguras y bancarizadas para cambiar la moneda extrajera. Y ahora que la iniciativa de Banxico se ha vuelto a activar en la Cámara de Diputados, veremos finalmente si los desactivadores del gabinete logran cortar los últimos cables para terminar por apagar y desactivar completamente esta bomba cuyo reloj aún sigue corriendo en cuenta regresiva.

NOTAS INDISCRETAS…

Y ante el riesgo de que algunos diputados de Morena quieran revivir y aprobar la explosiva reforma a la Ley del Banco de México, ya se activaron de nuevo las voces que repiten los enormes peligros para México, para su banco central y su sistema financiero. Ayer, en un foro del Parlamento Abierto que organizó la Cámara de Diputados sobre el tema, el director de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, Santiago Nieto, advirtió que las modificaciones a esa ley generarían conflicto con las recomendaciones 26, 27 y 35 del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). "Particularmente, me preocupa la recomendación 27 de la supervisión; esto implica la necesidad de tener inspecciones, una facultad con la que cuenta la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en este momento", dijo Nieto, quien alertó que, si se abre la posibilidad de que el Banco de México reciba dólares en efectivo, tendría que ser supervisado por la CNBV y regulado por la Unidad de Inteligencia Financiera. “Esto, desde mi punto de vista, podría vulnerar la autonomía del banco central, cuando ha sido uno de los puntos que el Presidente López Obrador ha dejado bien claro que no se debe vulnerar". También el gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, volvió a aclarar en el mismo foro virtual ante los diputados que si se obliga al banco central a captar y recibir moneda extranjera en efectivo, se pondría en riesgo la calificación crediticia del país y se provocará una depreciación del peso. "Los inconvenientes y riesgos que la iniciativa plantea podrían afectar la percepción de riesgo soberano en detrimento de la calificación crediticia del país, lo cual ocasionaría un aumento en los costos del financiamiento para toda la economía en su conjunto", dijo en el parlamento abierto sobre esa ley… Ayer el canciller Marcelo Ebrard confirmó en la conferencia de prensa mañanera, los apuros y la dedicación que le está poniendo el presidente al tema de las vacunas, como la mayor prioridad en este momento para su gobierno: “Toda la Secretaría de Salud, Cofepris, que están viendo esto (de las vacunas) día y noche y casi todo el gobierno todos los días. Y el señor Presidente de la República nos habla más veces al día que antes, para que eso esté listo. Entonces, de que vamos a tener las vacunas, las vamos a tener", dijo el canciller, que confirma así que todo el gobierno está volcado en un solo objetivo, que lleguen las vacunas a México pronto y en cantidades suficientes. Sin duda la principal preocupación y motivación del presidente y de su equipo debe ser la salud de los mexicanos y que ya podamos empezar a salir de esta pandemia que nos sigue golpeando dolorosamente en vidas humanas y en caída de la economía. Pero la otra preocupación, sin duda que también los mueve en sus afanes, se la dijimos aquí, en esta columna, el pasado lunes: sin vacunas no habrá votos el 6 de junio…Los dados mandan Doble Escalera. Buena tirada.

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