Subir nuestras imágenes e información a Internet pareciera —principalmente para los jóvenes— algo divertido y normal, sin embargo, el riesgo de socializar nuestra vida privada puede tener peligros en lo personal, en lo familiar y hasta en lo laboral.

Debemos tener claro que la información traducida en un texto o en unas imágenes que subimos a la red, ya no son de nosotros; una fotografía subida —no importa hace cuanto tiempo haya sido— en el lugar incorrecto y con una conducta incorrecta puede ser la causa de que un empleador decida no contratarnos, de que una relación sentimental se diluya o más aun ser parte de un posible extorsión.

El derecho al olvido es una figura relativamente nueva, la cual busca que el propietario y poseedor de un dato personal pueda exigir a un tercero borrar, suprimir o editar información que considere que afecta su reputación o sus derechos fundamentales.

La figura tomó relevancia principalmente en Europa, donde personas que en su momento eran deudores o sujetos a algún proceso judicial seguían apareciendo en los motores de búsqueda de Internet, lo que perjudicaba su honorabilidad y reputación aunque ya hubieran pagado su deuda o incluso ser inocentes de los cargos imputados.

En mayo de este año un Tribunal de Justicia en la Unión Europea obligó a la empresa Google a eliminar los datos de las personas que consideran que afectan su reputación personal, y dicha empresa recibió en tan solo cuatro días más de 41 mil solicitudes de ciudadanos que reclaman eliminar de su buscador una fotografía o un texto que ellos mismos subieron o que alguien más tuvo el tino de subir y que por alguna u otra razón le afecta a lo largo de los años en su popularidad.

Las solicitudes son tan variadas que van desde eliminar una fotografía de hace 10 años, donde una persona se presenta bebiendo alcohol directamente de la botella o empuñando orgulloso un arma de fuego o estar en un lugar al que dijiste no irías; existen algunos otros casos más delicados como aparecer en una base de datos donde aseguran tienes una enfermedad que te descalifica para realizar diversas actividades.

En México ya dimos el primer paso para lograrlo, la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares le da al ciudadano la posibilidad jurídica de exigir por la vía de los derechos ARCO (acceso, rectificación, cancelación y oposición) que datos que se encuentren en sus bases de datos no puedan ser utilizados de manera ilegal o tramposa para vender, promocionar productos o ser sujetos de la delincuencia organizada.

Importante es lo que subimos a las red, pero más importante es lo que hay en Internet y que ni siquiera sabemos que existe y que habla de nosotros.

Te invito a que hagas el ejercicio de poner tu nombre completo en dos o tres buscadores de los más populares y te sorprenderás de toda la información que hace referencia a ti y que ni siquiera lo sabías.

Director General ArtMol Consultores y Servicios

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