La cuarta transformación no necesariamente iba a dar mejores resultados en todas las áreas y además, de manera inmediata, o al menos en el corto plazo. Fue muy iluso creerlo y muy irresponsable ofrecerlo, pero cuando se está en campaña, entonces es válido ofrecerlo, total siempre se encontrará a quien echarle la culpa cuando no se cumpla, pero el tiempo pasa y los culpables se acaban, entonces cada vez está más cerca el momento de empezar a tomar la responsabilidad, esperemos que sea pronto por el bien de todos.

Resulta muy importante entender que la economía está detenida; un crecimiento de 0.1% no es algo que celebrar, es como sacar en el examen un 6.1, con eso nos salvamos de reprobar, pero no muestra que seamos destacados en esa materia. También hay que reconocer que el haber logrado 0.1% nos pone fuera de la tan temida recesión.

Pero mucho de esa frenada económica se debe a la falta de confianza en las reglas del juego de parte de los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, no ha habido una definición clara de qué se puede y qué no hacer, además de que a este grupo ha sido sistemáticamente atacada en la “mañanera”. Así no quedan ganas de arriesgar el capital y sólo se la juegan los que buscan el alto rendimiento que se paga en México y conservan la facilidad de salir inmediatamente si se ponen las cosas feas.

La base económica del país es más fuerte que los tristes resultados que ha presentado, pero en gran medida es por desconfianza, lo que está totalmente justificado, pero eso ha ocasionado que haya una menor recaudación de impuestos, lo que genera que el Gobierno Federal no tenga los recursos necesarios y entonces tengan que tomar de las reservas que posee, aunque la regla de uso dice que sólo puede suceder si hay recesión y ¡sorpresa!, no la tenemos por 0.01%.

La posibilidad de recuperación económica no es tan complicada, sólo requiere que se dé un paso atrás en varias de las acciones tomadas por esta administración, como la continuación de los contratos de gas, lo del aeropuerto de Texcoco, evitar la refinería de Dos Bocas y sobre todo, dejar de atacar y culpar a los empresarios de todo lo malo que le sucede, además de tomar acciones legales contra los culpables de malversación de la pasada administración, pero con las pruebas en la mano. Todo esto no es otra cosa que dejar de comportarse como candidato y volverse presidente.

Llama la atención las patadas bajo la mesa que hay dentro de Morena, cada vez se ve mas claramente la división que hay y se notará cada vez mas cada vez que haya una elección, como ahora la del presidente del Comité Directivo Nacional, donde la bronca entre Yeidckol Polevnsky y Mario Delgado está muy fuerte y no digamos la que existe en el Senado, entre Ricardo Monreal y Martí

Batres que sigue creciendo. Eso y los resultados económicos y la falta de acciones acertadas están llevando a que la administración de Andrés Manuel López Obrador este cayendo de la gracia de los mexicanos.

Director General de Multimundo Radio 
Twitter @jrcqro

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